Vaya, algo que de verdad me sorprendió en la sala de cine. Después de la decepción de Soy Leyenda (algo de lo que esperaba sacaran mucho más jugo), esperaba algo que colocara a Will Smith en un ambiente de calidad, donde no sólo su aparición salve la película, cuando de pronto, me llega el trailer de Hancock como un pastelazo al estilo de los Tres Chiflados.
Me negué cuanto pude a creer que Will se había rebajado tanto como para hacer una comedia barata de superhéroes que se veía claramente comparable con bodrios de las talla de Meet The Spartans. Asustado por el ya alarmante proyecto de Drake en Superhero Movie, pensé que iba a ser uno de esos temas dobles que pasan a veces (como cuando estrenaron Impacto Profundo y Armageddon casi al mismo tiempo, o el año de El Ilusionista y El Gran Truco y así), y que en verdad la película sólo iba a tener humor en las partes del trailer, pero me llevé una ligera sorpresa. En sí, la trama gira en torno a la vida de Hancock, un superhéroe odiado por todos gracias a sus métodos poco ortodoxos y a su gran ausencia de carisma y tacto. Las sorpresas van apareciendo a buen ritmo, y es lo que te mantiene atento hasta el final. El humor y los chistes giran alrededor del personaje de Smith, y él mismo es el que les realza mucho del valor bobo y simplista que tienen.
Hay algunos detalles que en verdad si me gustaron, y se me han hecho bastante buenos, como la manera en la que despegua y aterriza, y otras cosillas por el estilo. Lamentablemente, no puedo contar más sin arruinar los secretos del filme, ya que hay muchas sorpresas medio esperadas por ahí.
De cualquier manera, Hancock pasará sin pena ni gloria en mi memoria, y la verdad es que ya no se que escribir de una película con un argumento bastante simple y con dos o tres twists que la salvan de ser una del montón.