El año pasado había mencionado a esta cinta como parte de los remakes que se esperaban para estos años. Confieso que no vi la original (estrenada unos sesenta años antes de que yo naciera), pero según tengo entendido, es parte de la era de los "Monstruos Dorados" de Universal, a los cuales también se les hizo un homenaje en la fallida "Van Helsing".
El Hombre Lobo llegó con un intenso trailer que prometía grandes dosis de acción y terror, vamos, además del conflicto interno "hombre bueno vs. bestia mala" y el del ya clicheado "recuerda quien eres realmente" cuando el lobo está a punto de matar a su amada. Bueno, todo eso se va al caño en el producto final.
La seriedad presentada en los primeros segundos se cae cuando el horrendo título es presentado, en lo que parece más parodia que homenaje, al más puro estilo de los 40. He visto maneras de hacerlo así sin que se pierda la dignidad, pero ésto de verdad me quitó cualquier expectativa de verla como algo "de a de veras".
Y bueno, conforme pasan los primeros veinte minutos y tooooda la trama es presentada a grosso modo, empieza la conversión de David Talbot en el mítico Hombre Lobo. Asimismo, se nos da a entender de manera muy obvia que su propio padre es el Hombre Lobo que lo convierte. Vistazos muy buenos sobre sus nuevas habilidades se intercalan con el inicio de la relación entre Benicio y la viuda de su hermano, mientras que se atisban ciertos flashbacks a la infancia de David.
Todo este coctel de background, empero, se desvanece para siempre cuando entra en escena el personaje de Hugo Weaving, un agente de Scotland Yard que al parecer falló en las pesquisas para atrapar a Jack el Destripador, otro buen detalle referencial de la época. Así, las investigaciones sobre los asesinatos de inmediato se centran en el joven Talbot, y en los encuentros entre éste y Weaving siempre queda en el aire una "catch-frase" como la famosa "Mr. Anderson, surprised to se mee?".
Finalmente, llega la esperada primera transformación, y después de unos efectos baratos, aparece un hombre lobo bastante... patito, por así decirlo. Y es que querer empeñarse en crear un monstruo únicamente a partir de maquillaje en ésta epoca digital ya no resulta tan convincente. Es decir, se ve bien, pero las articulaciones del lobo, las garras, y Benicio... hacen una cuasi botarga de monstruo. Además, no acabé de entender sus motivos para atacar personas, y aquí bien se puede mencionar que "es un p&$o lobo, no necesita motivos", pero vamos, claro que sí... ¿no es su propósito alimentarse mientras están en fase monstruosa? Bueno, éste parece no decidirse sobre su presa. ¿Será que sólo coma pulmones o riñones, o las partes blandas? Quien sabe. Mata a uno y a otro, se come un trozo de aquí y otro de allá, como si de un buffet se tratase. No se trata de un "slasher film" común, en donde una víctima muere a la vez. No, éste parece ser más un asesino en masa cruel y despiadado, que disfruta a sus presas con el mayor sadismo y sufrimiento posible.
Lo peor es que la personalidad de Talbot en nada se decanta sobre su contraparte lobuna, no tiene destrampes de doble personalidad al estilo Jekyll y Mr. Hyde, ni una naturaleza oscura que guarde... es simple ira animal.
Y así, la última parte se diluye entre los sesenta minutos restantes, yendo desde una reclusión forzada en un manicomio hasta un destrampe en el centro de Londres, donde Talbot aprovecha a esconderse en la casa de la viuda del hermano. Aquí hay una escena muy divertida por lo absurda que es, y es cuando Weaving llega a advertirle sobre lo peligroso que puede ser al estar transformado, y como prueba le muestra un periódico con RETRATOS HABLADOS de sus ataques la noche anterior. Así como se lee... en esos años no habia nada más contundente para convencer a una dama de la peligrosidad de un hombre lobo que unos dibujos de la bestia para lograr credibilidad.
La seriedad presentada en los primeros segundos se cae cuando el horrendo título es presentado, en lo que parece más parodia que homenaje, al más puro estilo de los 40. He visto maneras de hacerlo así sin que se pierda la dignidad, pero ésto de verdad me quitó cualquier expectativa de verla como algo "de a de veras".
Y bueno, conforme pasan los primeros veinte minutos y tooooda la trama es presentada a grosso modo, empieza la conversión de David Talbot en el mítico Hombre Lobo. Asimismo, se nos da a entender de manera muy obvia que su propio padre es el Hombre Lobo que lo convierte. Vistazos muy buenos sobre sus nuevas habilidades se intercalan con el inicio de la relación entre Benicio y la viuda de su hermano, mientras que se atisban ciertos flashbacks a la infancia de David.
Todo este coctel de background, empero, se desvanece para siempre cuando entra en escena el personaje de Hugo Weaving, un agente de Scotland Yard que al parecer falló en las pesquisas para atrapar a Jack el Destripador, otro buen detalle referencial de la época. Así, las investigaciones sobre los asesinatos de inmediato se centran en el joven Talbot, y en los encuentros entre éste y Weaving siempre queda en el aire una "catch-frase" como la famosa "Mr. Anderson, surprised to se mee?".
Finalmente, llega la esperada primera transformación, y después de unos efectos baratos, aparece un hombre lobo bastante... patito, por así decirlo. Y es que querer empeñarse en crear un monstruo únicamente a partir de maquillaje en ésta epoca digital ya no resulta tan convincente. Es decir, se ve bien, pero las articulaciones del lobo, las garras, y Benicio... hacen una cuasi botarga de monstruo. Además, no acabé de entender sus motivos para atacar personas, y aquí bien se puede mencionar que "es un p&$o lobo, no necesita motivos", pero vamos, claro que sí... ¿no es su propósito alimentarse mientras están en fase monstruosa? Bueno, éste parece no decidirse sobre su presa. ¿Será que sólo coma pulmones o riñones, o las partes blandas? Quien sabe. Mata a uno y a otro, se come un trozo de aquí y otro de allá, como si de un buffet se tratase. No se trata de un "slasher film" común, en donde una víctima muere a la vez. No, éste parece ser más un asesino en masa cruel y despiadado, que disfruta a sus presas con el mayor sadismo y sufrimiento posible.
Lo peor es que la personalidad de Talbot en nada se decanta sobre su contraparte lobuna, no tiene destrampes de doble personalidad al estilo Jekyll y Mr. Hyde, ni una naturaleza oscura que guarde... es simple ira animal.
Y así, la última parte se diluye entre los sesenta minutos restantes, yendo desde una reclusión forzada en un manicomio hasta un destrampe en el centro de Londres, donde Talbot aprovecha a esconderse en la casa de la viuda del hermano. Aquí hay una escena muy divertida por lo absurda que es, y es cuando Weaving llega a advertirle sobre lo peligroso que puede ser al estar transformado, y como prueba le muestra un periódico con RETRATOS HABLADOS de sus ataques la noche anterior. Así como se lee... en esos años no habia nada más contundente para convencer a una dama de la peligrosidad de un hombre lobo que unos dibujos de la bestia para lograr credibilidad.
Y bueno, el final tampoco esta excento de ridiculeces, como la absurda victoria de Benicio sobre Hopkins, quien le lleva muchas décadas de experiencia como para terminar siendo decapitado de la forma más tonta. Para acabarla de amolar, Weaving, mordido por Talbot, protagoniza el cliffhanger para la secuela.... soltando un aullido cuando todo parece haber quedado en paz. Asco de película.