Al menos no todavía.
Me he mantenido al borde de la supervivencia creativa en otras áreas, pero la escritura se ha visto descuidada ya por enésima vez en esta década... sí, esta década que lleva un año de existir. Por ello, trato de redimirme en esta entrada, que tiene matices encontrados.
Super 8 reúne por vez primera al director J.J. Abrams con el productor Steven Spielberg, en una producción que funge como homenaje a la trayectoria fílmica de éste último, sólo que con elementos más esxcondidos y enredados, al estilo Lost.
La premisa es simple, un grupo de amigos que filma un cortometraje en una estación de trenes abandonada atestigua el descarrilamiento de un tren militar, del que escapa una criatura no identificada. De inmediato, los chavitos se ven inmersos en una situación más compleja, de la que inmediatamente buscan escapar sin pedir explicaciones. Sin embargo, el misterio va envolviendo al pueblo inherentemente, hasta que son confrontados con la decisión entre huir o buscar la verdad más escalofriante que hubieran podido imaginar.
¿Cloverfeld, el comienzo?
En la tradición de Cloverfield y Lost, las campañas virales para esta cinta aparecieron hace poco más de un año, apenas anunciando el título y la mancuerna Abrams-Spielberg para especular. El sitio oficial presentaba la lente de una cámara Super 8 que mostraba diversos fotogramas, en uno de ellos, lo que parecía ser un monstruo. De inmediato, fans y especuladores relacionaron este nuevo proyecto con Cloverfield, una entrega de la que se pedía a gritos una secuela y que finalmente fue rechazada fehacientemente por Abrams.
Las dudas generadas por la campaña viral se disiparon con la llegada del primer trailer oficial, hermoso por cierto, que transmitía un dejo de nostalgia por los clásicos de Spielberg. Fue en esos tiempos en los que se anunció que vendría siendo un tributo a su trabajo.
El homenaje... ¿funciona?
Sin contar la historia más de lo que ya está contada a nivel mundial, me pregunto, ¿el homenaje cumplió con su prometido? Sí y no, me respondo, como Gollum. Sí porque viene a ser una película entretenida y divertida, de gran deleite visual, que conjunta problemas emocionales humanos con una trama de ciencia ficción, y logra encontrar los cabos adecuados para tejerla en un argumento sólido. No funciona porque este tejido se desgarra al final, con un final que no logra conencer a la mayoría de los espectadores. Como en Cloverfield.
Además, la trama toma tantos elementos prestados de otras cintas, que uno cree que está viendo un licuado cinematográfico de:
1. E.T.
2. Encuentros Cercanos del Tercer Tipo.
3. Los Goonies.
4. Guerra de los Mundos.
5. Tiburón.
6. Cloverfield.
7. Cuenta Conmigo.
Pero es un tributo que no llega a encontrar su propio centro, una voz original. Se pierde entre el estilo visual y narrativo de Abrams: excesos de Lens Flare a lo largo de la cinta y una presentación compleja del problema para finalmente darle una sencilla solución: E.T. vuelve a casa.
Y tengo que confesar que me duele decir esto porque en verdad quería que Super 8 fuera esa sorpresa veraniega que no llega cada año, un diamante pulido y fresco que viniera a sentar un buen precedente en cuanto a fondo y forma. Quería evocar una década que no viví, que el pueblo fuera entrañable, que hubiera escenas tan ricas que dieran ganas de recrear. Quería ver niños caminando sobre vías del tren, un extraterrestre entrañable, amistades inquebrantables, música inspiradora, y todo eso en cierta parte cumplió, pero se quedó a medias.
No puedo decir que es un bodrio porque la película logra atrapar al espectador, mantenerlo interesado, al menos por el morbo de ver al monstruo, y se sostiene como una historia de época, situada en una década donde había más inocencia, ingenuidad y honestidad. Se conjunta lo mejor de ambos cineastas, cada uno en su papel, pero esa misma cohesión le resta la pizca de originalidad al final. No vemos una vuelta de tuerca, sino aprendemos una lección cuyo dilema se maneja a lo largo de toda la trama.
Entonces, ¿si o no?
Super 8 es una película que todo fan de Spielberg está obligado a ver. Ya sea por mera nostalgia o porque no ha sacado nada desde... desde... Indiana Jones creo, la cinta presenta sus elementos clave de manera especial retórica, estética. Hay demasiados homenajes para poder plasmarlos todos, pero definitivamente el toque spielberguesco está latente.
POR OTRO LADO... las manías de Abrams también están presentes:
- Lens flares que ni al caso.
- El monstruo no se aprecia por completo, ni en las escenas donde el director ya te permite apreciarlo.
- La música jamás se superpone a lo que se ve en pantalla. Está relegada a una función generadora de suspenso. Punto. Salvo las notas del inicio, cuando apenas aparecen los créditos de las compañías.
- Cámara en mano durante las escenas de acción, acompañada de miles de luces brillantes por doquier (aparte de los lens flares).
Estos elementos me hacen considerar a Super 8 un híbrido malogrado sin una definición real. En partes es thriller, en otras es un filme "coming of age", luego hay drama familiar, y finalmente se decora todo con ciencia ficción. No es que todos estos temas no puedan mezclarse, pero en esta ocasión no engranan para generar una cinta completa, redonda.
POR OTRO LADO... las manías de Abrams también están presentes:
- Lens flares que ni al caso.
- El monstruo no se aprecia por completo, ni en las escenas donde el director ya te permite apreciarlo.
- La música jamás se superpone a lo que se ve en pantalla. Está relegada a una función generadora de suspenso. Punto. Salvo las notas del inicio, cuando apenas aparecen los créditos de las compañías.
- Cámara en mano durante las escenas de acción, acompañada de miles de luces brillantes por doquier (aparte de los lens flares).
Estos elementos me hacen considerar a Super 8 un híbrido malogrado sin una definición real. En partes es thriller, en otras es un filme "coming of age", luego hay drama familiar, y finalmente se decora todo con ciencia ficción. No es que todos estos temas no puedan mezclarse, pero en esta ocasión no engranan para generar una cinta completa, redonda.
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