Propósito

Comentarios, críticas, reseñas, opiniones y datos curiosos sobre las películas, series y caricaturas que de alguna manera me han valido la pena para elogios, burlas, inspiración, berrinches ó admiración.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

2012

Que barato es aferrarte de laas profecías mayas para darle promoción y publicidad a tu película, para que al final termines retratándolos como viles caricaturas en una explicación a medias hecha por un junkie adicto a las teorías conspiracionales. de 2012 puedo decir tres cosas buenas y un millón de cosas malas, pero afortunadamente la gente no se ha dejado engañar por este bodrio de ciencia ficción/desastres naturales, y acude a ver lo único que vale la pena: los efectos especiales.
No puedo negar tampoco, que las secuencias de acción no le quedan bien al señor Emmerich, así como tampoco podría decir que sería capaz de dirigir una cinta de 120 minutos sin algún tipo de explosión o persecución. Al menos aprendió algo de El Día Después de Mañana, y preparó un nuevo desastre mundial que, nuevamente, arrasa con Estados Unidos, para beneplácito de las audiencias alrededor del mundo.
Pero, a diferencia de la anterior, la teoría de destrucción global es por completo ajena al cambio climático, detalle que le agrega un poco de impotencia social, ya que, de darse un calentamiento enel núcleo de la Tierra por culpa de los neutrinos en el Sol, no habría nada que los humanos pudiéramos hacer para evitar la destrucción, que bien podría ser mucho menos dramática que lo visto en la película.
La trama por supuesto, presenta al típico hombre común con gran legado en su lucha por sobrevivir. Hace unos años pudimos verlo interpretado por Jeff Goldblum en Día de la Independencia, luego por Dennis Quaid en EDDDM, y ahora recae en John Cusack, quien interpreta a un escritor no muy conocido, que se gana el pan haciéndole de chofer de limosina. 
Si bien la crítica de Roland en EDDDM había sido la falta de acción del gobierno, en esta película se decanta más por el elitismo usado para salvar a la raza humana. La creación de naves al estilo el arca de Noé, se destinan a unos cuantos - aquellos que pueden pagar un billón de euros para salvar sus vidas -, mientras el resto del mundo es mantenido en completa ignorancia.
La historia, aunque más prometedora, se cae tras varias secuencias de un escape que se vuelve monótono (el avión tratando de salir de una ciudad que se desmorona), aunque las persecuciones más impresionantes envuelven al espectador, aventurándolo en detalles que otras películas no habían mostrado antes. Esto da cuenta del elaborado trabajo en efectos visuales, por ejemplo, cuando la familia de Cusack tiene que escapar de Los Ángeles antes de que las placas tectónicas se derritan y engullan a la ciudad entera.
El drama, por supuesto, no se queda fuera de este churro, y se ve presente en los miles de sacrificios (voluntarios e involuntarios) que plagan esta larga cinta, aunque ninguno de ellos logre arrancar lágrimas al espectador.
Finalmente, es una película apta para aquellos que consideren el cine una mera fábrica de entretenimiento y escape a sus mundanas vidas.  

Halloween 2


Secuela aún más barata que REC 2, y ese comentario viene de un fan de Halloween. Así lo pongo. Cuando Rob Zombie anunció que les daría un nuevo tratamiendo a estas esperadas películas de culto, no me pareció tan mala idea, sobre todo porque, si se apegaba a la historia de Michael Meyers no tendría por que desviarse tanto del material original, vamos, la historia no tiene tantas opciones para llevarla en otra dirección. Debo decir que la primera entrega me pareció "decente" y me gustó la profundización en el personaje de Meyers, que muestra más detalles de sus años en el hospital de Haddonfield, así como el progreso secuencial de su maldad. El resultado es que uno termina viéndolo como una especie de villano trágico, moldeado por las circunstancias, que no nació con una maldad instrínseca, como en la saga original.
La secuela comienza inmediatamente después del final de la primera parte. Vemos a Laure Strode vagando por la calle buscando ayuda después del salvaje ataque de Michael en su casa. La recoge el jefe de policía (Brad Dourif, la voz de Chucky) y se la lleva al hospital. Una vez ahí, Strode es víctima de un nuevo ataque de Michael, quien obviamente sobrevive y mata salvajemente a todo aquel que se le cruza enfrente, en un claro homenaje corto a la secuela original, que se desarrolla por completo en el hospital. En esta sin embargo, la escena dura muy poco y la trama gira en una dirección nueva, creada completamente por Zombie.
En esta segunda parte, enfocada más en Laurie que en Michael, se trata de explotar los problemas mentales y los daños ocasionados en la primera entrega. Cada personaje sobrelleva la matanza de Halloween como puede, incluyendo a un Loomis descentralizado que prefiere explotat la tragedia para vender su nuevo libro e imagen, llegando inclusive a niveles patéticos.
Mientras tanto, Michael lleva escondido ya un año, y conforme el 31 de octubre se acerca, empieza su regreso a casa para una nueva reunión con Laurie.
Al igual que en la saga original, Laurie se entera que Michael es su hermano hasta esta entrega, primero por medio de pistas simbólicas en sueños, y más tarde en el libro de Loomis. Al mismo tiempo, comienza a sufrir serios problemas mentales y emocionales, con lo que se puede deducir que la estirpe Meyers realmente está condenada a sufrir demencias y locuras in extremis. Aún así, y con todo este contexto para desarrollar, la trama real se queda a medias. Nada se resuelve hasta el último minuto del final, con el clásico "mueren todos para redimirse", sin dejar cabida a otra secuela, al menos por parte de Zombie. Otro asco total.




REC 2

La primera cinta me creó una expectativa dividida. De un lado estaba la esperanza de que, al ser una producción española, tendría algo distinto que aportar al género, y por otra, el miedo de que se intentaran copiar los clichés norteamericanos y que la esencia europea se diluyera por completo. Afortunadamente no fue así, y tanto el éxito de la cinta en España (actualmente ocupa uno de los récords de taquilla en el país vasco), en Estados Unidos (donde se hizo un remake que no gustó tanto) como a nivel internacional, aunado al final abierto y la gran demanda por parte de los fanáticos, propiciaron una secuela, que se estrenó este año.
Debido a que REC me gustó bastante, por el gran manejo del suspenso y el bajo costo en efectos visuales, además de lograr una historia creíble en un ambiente cotidiano, esperaba con ansias la segunda parte. De ahí que me haya surgido una pequeña decepción al enterarme que la historia giraba en torno a un segundo grupo de rescate que entraba al edificio para contener la situación.
Bueno, aparte de una experiencia bastante incómoda en el cine (el "equipo técnico" prendía y apagaba las luces de la sala cada cinco minutos), la secuela me pareció bastante mediocre, y es que yo de verdad esperaba un suceso al estilo El Padrino, o Terminator, en donde las secuelas fueron verdaderas continuaciones de una trama intrincada, y no simples "aventuras nuevas" con la misma estructura, villano y predictibilidad. El caso es que REC2 es una mezcla de ambas, entrando con una historia similar que de repente saca elementos nuevos que amplían y explican un poco más el confuso y acelerado final, y sobre todo, le dan una historia de fondo a la Niña de Medeiros.
Sin embargo, las opiniones se separan cuando se mezcla el ámbito religioso con la ciencia. Siendo que en la primera entrega, un sacerdote conducía experimentos para aislar al demonio en su estado físico, como si se tratara de un virus, en esta entrega un nuevo sacerdote tiene la encomienda de buscar la sangre de la Niña Medeiros y llevarla para su muestra en laboratorio. Entonces, comienza una serie de sucesos que pueden llegar a gustar o fastidiar al espectador. Por ejemplo, que la sangre infectada se queme cuando le recen un Padre Nuestro, o que el Nightshot de la cámara de video encuentre lugares que no se dejan ver con la luz.
Esta ambivalencia entre religion y ciencia no me disgustó tanto como la matanza del elemento "capacitado" para este tipo de emergencias, ni que el peso se le de de manera preponderante a una Niña Medeiros que al final resulta ser sólo un peón y no el villano principal, contrario al regreso de un gran personaje de la primera entrega, que es una de las sorpresas del filme.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Bastardes sin Gloria


¡Peliculón! No se puede llegar a ser más atinado que eso. Desde los créditos a la Tarantino (pantalla negra, con gigantescos nombres en blanco) se augura una fibra épica, será por la música, por los actores, por la mera esencia de suspenso (vaya que le encanta poner nombres), o por las ansias de un público (yo) ávido por cada nuevo material del loquito-plagiador con toque de Midas.
Bueno, como si de un "Tarantino Show" se tratase, la historia se narra por capítulos (misma estructura que Kill Bill y Pulp Fiction), iniciando con el desechado título de la película: "Once upon a time in a Nazi occupied France", que presenta al personaje icónico de la cinta, el Coronel Hans Landa (Christoph Waltz) desenvolviendo sus malévolas técnicas para perseguir judíos mientras realiza una visita a una familia en el campo.
Elementos visuales clásicos del director pueden apreciarse desde este capítulo inicial: la cámara girando en torno a los personajes en una conversación larga, música que responde a la acción en la cinta,  algunos diálogos sin trascendencia aparente y ciertos cortes en la edición.
Tras este capítulo, la cinta se mueve de lleno a la introducción de Brad Pitt y su grupo, los Bastardes Sin Gloria, conformado por judíos americanos, mandados a Francia para hacer sólo una cosa: matar nazis (por supuesto, la frase suena mucho más épica enfundada en el acento montañés de Pitt).
Y básicamente, la trama alterna estas historias intermitentemente hasta que inexorablemente, se unen al final. Revelar más detalles de la trama resultaría contraproducente para la reseña, puesto que se darían a conocer elementos clave para el final, que, sin decir más, se aventura a cambiar la historia mundial tal como la conocemos.
Los elementos que inmediatamente saltan a la percepción son la música y las actuaciones. Sin más. El montaje y la edición son magníficas, aún y con los riesgos de intercalar acercamientos en secuencias tan largas, pero se quedan cortas al lado de interpretaciones tan verosímiles como las de Waltz, Pitt, y Mèlanie Laurent, la joven que interpreta a Shosanna Dreyfus.
El licuado de estilos contemporáneos y de antaño deja ver que Tarantino ha dominado la técnica para hacer una película de época, y le añade frutos de su propio viñedo para darle más sabor y vitaminas. De esta manera, desarrolla el estilo lento propio de Casablanca o Doctor Zhivago, y lo combina con su propia mezcla de sangre, degeneración y humor negro.
Y en verdad se agradece la lentitud y la inclusión de tanto diálogo entre personajes, ya que finalmente son éstos sobre quienes recae el peso del desarrollo de la trama. Hay pocos acontecimientos y consecuencias que no sean provocados por sus decisiones, por lo tanto, ellos mismos deben ir desentrañando los problemas con las herramientas que cada uno posee, y las relaciones que puedan surgir entre ambos bandos (nazis contra americanos) terminan por volverse cruciales para el desenlace de la historia.
La carga de diálogos, por ende, no deja de ser la correcta y necesaria para narrar esta película sin que resulte "fantasiosa" ó "inverosímil". Las decisiones están justificadas tanto por el contexto histórico como por los mismos rasgos físicos y psicológicos de los personajes, por lo que se termina agregando un sentido de realidad y justificación casi imposible de invalidar.
Lo anterior, lejos de aburrir al espectador, termina envolviéndolo por completo en la trama: se olvida de que existe un guión de facto, prefabricado, y le apuesta a los personajes para salir de una u otra situación, termina vitoreando por sus favoritos, cuyo futuro, al estar bajo el yugo de Tarantino, es siempre incierto.

Cirque Du Freak: El Aprendiz del Vampiro


Me enteré de la saga de Darren Shan  gracias al ocio invertido en IMDb y a un link posteado en la trivia de Luna Nueva (no se cómo llegué ahí). El post anunciaba que el hermano del director de la secuela de Crepúsculo estaba dirigiendo la adaptación literaria de Cirque du Freak, y que se titularía "El Asistente del Vampiro".
Inmediatamente el título llamó mi atención y busqué cuanta información pude sacar de los foros de la página. Entre link y link di con el trailer de la película y quedé extasiado. Parecía una auténtica reivindicación del cine bizarro y torcido de Burton... sólo que en live action.
Bueno... justo como me pasó con el bodrio de El Álamo, me hice un poco extremadamente expectante hacia esta película y, obvia y consecuentemente, los libros de Darren Shan (una saguita de 12 libros). Por ende, al ver que la única copia de la cinta estaba doblada al español, mis ánimos cayeron al suelo.
Ni modo. Puede que al rato ni siquiera salga en DVD, me dije, y entré a verla de todos modos. A decir del doblaje, ha mejorado bastante, aunque algunas voces siguen siendo demasiado caricaturescas e infantiles, los roles principales suenan más como a una extracción literal de una serie del Disney Channel.
El Aprendiz del Vampiro (por qué aprendiz, debería ser asistente... pero bueno X) narra la historia de Darren Shan, un adolescente que parece tenerlo todo en la vida: buena familia, buen cerebro, buen carisma, buenas calificaciones y un buen futuro. Sin embargo, la mancha se representa en su mejor amigo, Steve, un problemático joven con serios conflictos mentales y emocionales, solitario, peleonero y aficionado a los vampiros. Sucede que una noche, encuentran un panfleto para asistir al Cirque Du Freak, un espectáculo de fenómenos que llega a su pueblo sólo por una noche. Una vez ahí, Darren queda fascinado con el número de Mr. Crepsley y su araña, Madame Octa. Tanto así, que decide robarse la araña del camerino del fenómeno. Sin embargo, Steve, quien identifcó a Mr. Crepsley como vampiro, decide abordarlo y le pide su transformación. El vampiro rechaza la petición y amenaza con matarlo.
Darren logra robar la araña, pero es descubierto en la escuela por Steve, quien se la quita y accidentalmente la deja suelta. Empeñado en matarla, resulta mordido por el arácnido y cae en coma. Para salvale la vida a su mejor amigo, Darren visita a Mr. Crepsley y le pide un antídoto. El vampiro accede a dárselo, a cambio de que el joven se convierta en su asistente, y para ello, debe convertirlo en vampiro.
La película expone elementos interesantes que otras historias suelen pasar de largo: finjir la muerte del muchacho, el entierro, el desentierro, y aborda otras con menos profundidad, como el entrenamiento de sus poderes, y otros con un toque único: beber sangre.
Pero la historia y su desarrollo sobre el celuloide, por más bien planteado que esté, no deja de verse "apretado", es decir, todo parece ir en cámara rápida, vamos, hasta la edición está hecha para no dar un respiro en las secuencias, el suspenso apenas y tiene cabida dentro de la narración visual, y eso que es parte de la esencia del filme.
Esto, además de la pretensión de forzar tres libros en una sola cinta, genera un problema de ver qué información se queda dentro y cual debe salir de la cinta. El resultado, una yuxtaposición de escenas que saltan de un tema a otro, convenientemente entretejidos en una trama sólida, que parece alejada del material original en muchos aspectos (y eso que no he leído el libro).
En fin, esperaba encontrarme con una obra entre comercial e indie, al estilo de Coraline o El Extraño Mundo de Jack, que a pesar de tener sus mercados meta completamente definidos, destacan por detalles, personajes y enfoques bizarros, pero ésta se queda, tanto en fondo como en forma, en una especie de "Especial de Halloween de Disney Channel".

Los actores

Chris Massoglia se queda corto en el personaje. Su talentio histriónico (dejando de lado la voz en español), no termina de convencer. Su rostro es demasiado plano, y se queda congelado en la faceta de "niño bonito" durante toda la película, lo que deja un distanciamiento entre lo que debería ser (un vampiro), y lo que es (un actor que necesita unas cuantas clases más).
John C. Reilly aparece excelente en su interpretación de vampiro, revistiendo al personaje de un carisma único y una elegancia basada en la excentricidad. Ademanes, gestos y profundidad son elementos que terminan por solidificar al personaje de manera excepcional.
Salma Hayek parece haber retrocedido unos años en su carrera (por ahí de 1999 con Wild Wild West), participando en un papel muy secundario como la Mujer Barbuda, una broma bastante lela sobre su propia belleza. Sin embargo, el rol no desentona mucho con su personalidad.
Cabe destacar la presencia de Willem Dafoe en un pequeño papel como un vampiro aliado de Mir. Crepsley, que no aparece mucho pero de verdad impone. Si las secuelas llegan a realizarse, seguro que Dafoe tendrá un papel mucho más interesante.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Sector 9 - Not a Halo movie


Esta semana ha sido de película para mí, literalmente, pues como cada octubre, me lanzo a Playa del Carmen para trabajar como staff en una edición más del Riviera Maya Underground Film Festival, que en esta ocasión se rayó con el evento de clausura, los personajes que arribaron, los cortos y los largos, pero para más información está el blog oficial del festival: http://rmuff.blogspot.com.
Por otra parte, me frustraron el final de los Bastardes, por lo que la reseñaré cuando la vea completa. Por mientras, dedico esta entrada a otra excelente película: Sector 9. Basada en el cortometraje del mismo nombre y director, esta película tiene unos orígenes chistosos en cuanto a su concepción y realización.
La premisa para el cortometraje se basó en las experiencias de la infancia del director Neill Blomkamp durante la época del apartheid en Sudáfrica. Más tarde, realizó el cortometraje "Alive in Joburg" en 2005, que, en un estilo de documental, narra los problemas y enfrentamientos entre humanos y alienígenas en Johannesburgo.
Más tarde, Neill se convertiría en el director de la adaptación fílmica de Halo, el exitoso juego de Xbox, con Peter Jackson como productor ejecutivo, pero al final los planes se cayeron. Ante la frustración de planes, Jackson le dio 30 millones de dólares a Neill para hacer lo que quisiera. El resultado fue Sector 9.

De nuevo a manera de documental, Sector 9 narra la llegada de alienígenas a la Tierra hace 28 años, estancando su nave nodriza en Sudáfrica. Eventualmente, los humanos sacan a los aliens de la nave, percatándose de las maltrechas condiciones en las que se encuentran. Luego de asistirlos, les ofrecen vivienda en un sector de chozas en Johannesburgo, al que deciden llamar Sector 9.
Hoy en día, las condiciones en las que viven se han tornado insostenibles, por lo que las Naciones Unidas decide reubicar a los extraterrestres a otro sitio, el llamado Sector 10, para ofrecerles una vida mejor. Wikus van de Merwe es el elegido para notificar a los aliens de la evacuación de sus hogares, por lo que organiza una incursión al Sector 9 junto al ejército.
Sin embargo, nadie sabe de un plan ideado por Christopher Johnson, el único extraterrestre que parece tener la voluntad de escapar de la miseria en la Tierra y regresar a casa, y cuyo plan entrelazará su destino con el de Wicas para salvar a la raza de los langostinos de un decadente futuro.

Sector 9 llega como una película fresca en un año en donde la creatividad se ha mostrado prácticamente ausente del cine comercial, y en un lugar como Cancún, donde rara vez lse exhiben buenas películas independientes, la frescura se nota como un millón de Halls en la garganta. Balancea el documental y la acción con una armonía perfecta, logrando mantener el toque de cine independiente y de bajo presupuesto aún cuando todos los aliens son generados por computadora. No se atiene a formatos de Hollywood, manteniendo un ritmo y cadencia propios, balanceando las entrevistas que narran el fondo de la historia con las secuencias de la evacuación, y más tarde con la corretiza de Wicas.
La fuerza de la película se encuentra en la analogía entre la opresión a los extraterrestres y la opresión real a los que consideramos "aliens": negros, latinos, asiáticos, homosexuales, musulmanes, etc. todo aquel que no coincida plenamente con los paradigmas sociales de un país. De igual manera retrata a los que se aprovechan de las desventajas sociales, y aquellos que desean tener el control total, sin importarles cuántos mueran en el camino. Todo eso manejado con símbolos simples y amenizado con unas buenas balaceras para complacer a los fanáticos del género de acción.
Recomendada al cien por ciento.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Rocket Science


No suelo comentar películas vistas a medias, pero esta simplemente me atrapó desde un simple vistazo a la fotografía. Dios bendiga a HBO... habiendo dicho esto, procedo. Este filme de Jeffrey Blitz tiene una premisa similar a su cinta anterior, Spellbound, que se centra en un grupo de adolescentes tratando de ganar un concurso de deletreo. La historia se centra en Hal Hefner (Reece Thompson), un adolescente con un hogar recientemente cambiado. El divorcio de sus padres, la cleptomanía y violencia de su hermano Earl, y su nuevo padrastro y hermanastro coreanos lo tienen en una desgastante situación. Tan desesperante, que no para de balbucear.
Tratando de buscar las respuestas de la vida, se encuentra con Ginny, una obsesiva estudiante que busca desesperadamente ganar el concurso interescolar de debate. Ella, instándolo a mejorar su vida, lo "recluta" como pareja de debate, y comienza a entrenarlo para ganar el concurso con el que está tan obsesionada. Añadiéndose más presion, Hal se esfuerza por detener sus balbuceos mientras se percata que está enamorado de Ginny.
La trama, aunque parece típica para una comedia romántica, no cesa de dar giros inesperados, y, a riesgo de forzar la historia y los personajes, las vueltas de tuerca no cesan sus giros, hasta llegar a un final completamente inesperado.
Similar a lo que sucede con Little Miss Sunshine, Rocket Science parece ser una película "en donde no pasa nada", es decir, que podría verse como una película con un conflicto que no se soluciona, pero, en realidad, las pequeñas subtramas y giros de tuerca tienen la grandeza de ser las que van encontrando una conclusión, revelando un avance etéreo en la mente del personaje.
Las actuaciones no requieren de un elaborado trabajo externo, y se nota una mayor importancia en los conflictos internos y cómo interactúan con los problemas establecidos. Esto les infiere a los actores, en especal a Reece, la difícil tarea de convencer al espectador que tienen un problema, causado por factores tanto internos como externos, a la vez que luchan con los problemas agregados conforme avanza la historia. Reece resulta excelente, tanto en expresión facial como en actuación en general, y sus problemas logran conmover de manera auténtica.
Ginny (Anna Kendrick) me ha demostrado que su talento fue descaradamente desperdiciado con su pequeño papel en Crepúsculo. Obsesiva, autoritaria y voluntariosa, ejerce el papael de comandante en jefe y bitch profesional de una manera ingeniosa y divertida. Aunque desaparece a la mitad de la película, su personaje se mantiene activo como un leit motiv para Hal.
El resto del cast, igualmente de absurdo y disfuncional, hacen sus aportaciones para que la atmósfera de presión de Hal no decaiga. Cada uno influye en él de manera única. Earl, su hermano, lo agrede verbalmente, pero se detiene al tener que usar los puños para causarle daño físico. Heston es el típico friki bonachón, geek e inocente, se mantiene fiel a Hal, aunque de repente su personalidad pueda sacar de quicio a Hal. El padrastro mantiene una fuerte y pasional relación con su madre, y, yuxtaponiéndose al rol de su propio padre, el cuadro resulta desagradable para Hal. Además, la contigüidad de sus habitaciones le permite (por desgracia) escuchar las fuertes peleas que resultan de una relación tan visceral.
La música es otro punto a favor. Paralela al ritmo (lento), los movimientos de cámara y encuadres (nulos ó lentos, cerrados ó abiertos en extremo, respectivamente), y la fotografía (grisácea), la música es suave, tranquila, y acorde con la situación. Consecuentemente, existe un balance muy equitativo entre la música original y las canciones utilizadas, otorgándole dinamismo y frescura, que realzan el tono de la película, sin caer en una incongruencia con la imagen.
El humor es muy del estilo de Juno, Garden State y Little Miss Sunshine, es decir, es un humor un poco más ácido e inteligente, lo tienes que encontrar, y difícilmente se aprecia en el pésimo subtitulaje de HBO. Muchas bromas se esconden entre los planos, o en el diálogo, en la ironía y el sarcasmo, en una mirada o un gesto. He visto varias críticas negativas señalando aburrición a la hora de enfrentarse al ritmo y a la historia. Y sí, si uno la ve con ganas de encontrarse con un American Pie, la película parecerá lo más horrendo del mundo, pero esta es una de las características de este tipo de cine.

El reclutamiento

En conclusión, he de recomendar esta película a aquellos que hayan disfrutado de Juno, Garden Sate, y Little Miss Sunshine. Es una de las llamadas "pequeñas películas", que tal vez no tengan una historia intrincada que los lleve por todo el mundo, o carezcan de un McGuffin, pero en donde el avance se da en el interior del personaje, y termina siendo una persona mejor que al inicio de la historia.

lunes, 7 de septiembre de 2009

¿Qué pasó ayer?


¿Dónde Está mi Auto? marcó un tope en el nivel de estúpida ridiculez para una película, inclusive para mis propios parámetros. Luego del éxito de esa película, ¿Qué pasó ayer? regresa con una trama parecida, en donde tres tipos se despiertan en una habitación de hotel en Las Vegas, luego de una agitada despedida de soltero, sin recuerdos de la noche anterior, un tigre en el baño, un bebé en el clóset y el novio desaparecido. De esta manera, el nuero y sus dos mejores amigos se dan a la tarea de dar con el paradero del festejado antes de su boda.
La premisa resulta muy atractiva, e interesante, tal vez demasiado para ser verdad. Y así es. A la mitad de la película, los absurdos se vuelven tediosos y ridículos, y, sin que esto deje de afectar el humor, la trama realmente se cae.

Lo visualmente hermoso son las tomas de Las Vegas al inicio, amo ver esa ciudad tan llena de vida, ruido, imponente arquitectura y brillo de neón, rodeada de un vasto desierto que parece un rincón sin vida.
La música es casi inexistente, y resulta superpuesta por canciones en las escenas de acción y dramatismo, con grupos variados y rolas del ayer y hoy. Recuerdo "Yeah!" de Ludacris, Li'l John y Usher de mis tiempos dorados de la prepa. También la quemadísima "Who Let the Dogs Out?"
de los Baha Men, y muchas más que ya no resuenan tanto en mi memoria.
De los personajes puedo destacar a Zah Galifianakis, que interpreta al nuero, vamos, es el McLovin de esta película. El tipo está medio tocado, demente, pero aún así resulta ser alguien que se esfuerza por agradarle a la gente, considerado y noble. Todo esto, en conjunto con un cerebro desecho por las drogas, crean a un personaje muy cómico, cuyo tiempo en pantalla es el perfecto. Los otros dos son más estereotipo, uno con la actitud de Owen Wilson y el otro como el nervioso Ben Stiller, que ni son tan graciosos, pero llevan mejor la película.
Recomendada para aquellos simplistas que deseen pasar un buen rato, simplemente. Y como yo estoy en contra del cine "para pasar el rato", acabo de entrar en un conflicto, sobre si realmente recomendar esta película para el cine. Y no, la verdad es que no amerita los cincuenta pesos (más los cien de la botana), yo digo que sería mejor verla en la tele con palomitas de siete pesos del Oxxo. Pero sí da risa. Mucha, jajaja ¿ven?

domingo, 6 de septiembre de 2009

Arrástrame al Infierno


Raimi acaba de reivindicar al cine de horror, sin presentar una película "en forma" del género. Así lo pongo. El creador de éxitos de culto como la trilogía de Evil Dead (Evil Dead, Evil Dead 2, y Army Of Darkness) y la de Spider-Man (no necesito enlistarlas), vuelve con una joyita bajo el brazo. Drag Me To Hell, ó Arrástrame Al Infierno, es la recomendación personal ahora que se aproxima la temporada de películas de terror. Estrenada este fin de semana junto con La Huérfana, Arrástrame Al Infierno presenta a Christine Brown (Allison Lohman), una joven empleada de un banco que trata de vivir la vida perfecta al lado de su novio Clay Dalton (Justin Long), mientras trabaja duro por conseguir un ascenso. Un buen día, una asquerosa y necesitada anciana acude a Christine para solicitar una extensión en el pago de su hipoteca, y así poder mantener su hogar. Presionada por su jefe, Christine se ve obligada a rechazar su solicitud, lo que enardece a la anciana lo suficiente para lanzarle una maldición, que la llevará al infierno en tres días.

Sin contar más de la trama, sólo puedo decir que Raimi sabe mezclar a la perfección los momentos de terror y comedia que suelen caracterizar sus películas. Desde Dead Alive, una de sus primeras obras, se constata que el enfoque del director no es completamente serio y estoico, hay momentos para relajarse y reír, otros para profundizar el suspenso, y, los más, para gritar.

Con esto, debo resaltar la alta presencia de un contenido humorístico detrás de los sustos mas grandes, un detallazo que complementa en demasía una historia con altos tintes de originalidad y creatividad.

Los protagonistas también se llevan parte de los aplausos para la cinta. Allison Lohman en primer lugar, por su retrato de una chava tonta wannabe de la americana perfecta, que nomás no lo logra. Además de todas las torpezas bien actuadas en sus desesperados intentos por librarse del espíritu que la atormenta. Justin Long, bueno, parece haber tomado un papel más maduro, y encaja como un joven wannabe también, pero profesional. Destaca la participación de Adriana Barraza (la niñera que se lleva a los nños de sus patrones en Babel) como la médium Shaun San Dena, que logra una penetración importante a pesar de estar poco tiempo en pantalla. En una entrevista, destcaba que Raimi la incorporó durante toda la producción a pesar de que sus escenas fueron las últimas en filmarse.
La música encaja perfectamente, haciendo sus apariciones aquí y allá, justo cuando es necesario, y en ocasiones levanta aún más los toques humorísticos.
Los efectos bueno, son una combinación de los tradicionales stunts, elaborado maquillaje, y un toque de CGI para las escenas que requieren de más impacto visual. La caracterización de la anciana Sylvia Ganush es aterradora, tanto por su físico como por la edición de audio, lo que la convierte en un personaje memorable, y podría incluso quedar en la memoria colectiva al lado de la médium en Los Otros, y Samara Morgan en El Aro.

Para no tomarse en serio

He visto por ahí críticas respecto a que la película es "mala", porque los efectos, los personajes y la historia son poco convincentes, y que el tono de la película la convierten en una burla al espectador. Sin embargo, la burla queda de manifiesto desde el principio, si uno sabe distinguir los guiños. Si el antiguo logo de Universal, el gigantesco título de la película, y las ridículas caracterizaciones de los personajes no son suficientes, el espectador debe entender que esta no es una película "seria" de terror, ni tampoco es una parodia, es una mezcla de terror con humor y un toque de absurdo, lo que finalmente deja de manifiesto que simplemente, ¡es Raimi! ¿O qué, algún fanático acérrimo del arácnido se quejó con las constantes bromas en Spider-Man?



lunes, 31 de agosto de 2009

Respuesta

Hey, esta vez escribo para responder la duda del comentario anónimo que algún cibernauta posteó en mi crítica a Harry Potter y el Príncipe Mestizo. Me sospecho de Rolando Montiel, pero no puedo asegurarlo, así que usuario anónimo, estos son los directores que se han realizado las adaptaciones de la saga del joven mago:


Harry Potter y la Piedra Filosofal/Harry Potter y la Cámara Secreta

Director: Chris Columbus

Chris Columbus se echó al hombro las primeras dos adaptaciones, con la desaprobación parcial de la autora J.K. Rowling, quien quería a Terry Gilliam (el director de Brazil y Doce Monos, además de la legendaria Monthy Python y el Santo Grial) en la sillita de madera. Su trabajo fue decente, limitándose a dar vida al mundo mágico de una manera un tanto sobria, apegándose a lo descrito en los libros. Siendo su apellido un sinónimo de diversión familiar (este señor tiene en su currículum las primeras dos entregas de Mi Pobre Angelito y Papá por Siempre), sus entregas van ad hoc con el tono de las primeras dos partes.

Harry Potter y el Prisionero de Azkabán

Director: Alfonso Cuarón

El designio de Alfonso Cuarón para dirigir la tercera parte fue una sorpresa en muchas partes, sobretodo después de su hit de principios de siglo (apoco no suena como de hace mucho tiempo) Y tu Mamá También, que presentaba a... ¡dos hombres besándose! Y luego despertando juntos... ¡sin ropa! Dios, que podría haber hecho que Warner Bros decidiera encomendar la franquicia infanto-juvenil a semejante personaje... pues su trabajo en La Princesita, además del manejo de la adolescencia en la controvertida película con Diego y Gael, creando una perfecta elección para el momento en que la saga debe dejar atrás los chistecitos bobos y comenzar a madurar... y en ese sentido lo logra de manera fenomenal. Además de un guiño al amor entre Ron y Hermione (en ese año -2003- apenas surgían rumores, nada concreto se vería hasta el 2005 en el sexto libro), Cuarón ostenta la mejor dirección y fotografía (en mi humilde opinión y la de muchos sitios online), con algunas carencias en el guión, pero sin duda la mejor de la saga.

Harry Potter y el Cáliz de Fuego

Director: Mike Newell

Debido al exhaustivo trabajo que representó la postproducción de El Prisionero... Cuarón decidió pasar la estafeta a Mike Newell, director de La Sonrisa de Mona Lisa y Cuatro Bodas y un Funeral. Newell se llevó mi reconocimiento por lograr meter (algo forzado) casi todos los aspectos del colosal libro en una película de dos horas y cachito, sin omitir ni alterar gran parte de la trama. Su defecto, el haber hecho la realización demasiado rápida y superficial, sin llegar a profundizar en los efectos de la historia en los personajes, ni llegar a tener un ritmo balanceado. Por ende, la película termina sintiéndose frívola y correteada, un tanto sin chiste.

Harry Potter y la Orden del Fénix/Harry Potter y el Príncipe Mestizo/Harry Potter y las Reliquias de la Muerte

Director: David Yates

Con Newell trabajando en El Amor en los Tiempos del Cólera, Cuarón disfrutando de su éxito en Niños del Hombre, y Columbus demasiado fuera de onda para el tono de la Orden, se reclutó a un director con sólo una producción cinematográfica, y una carrera más nutrida en lo que a televisión se refiere. Su trabajo en la Orden, para mí, dejó mucho que desear. Sólo ciertas cosas me parecieron lo suficientemente decente como para considerarla una buena adaptación, como el casting de Imelda Staunton como Umbridge. Sin embargo, si la cuarta entrega parece acelerada y superflua, ésta se la lleva por las patas, creando una historia plástica y sin emoción, que culmina con la insípida muerte de Sirius Black y una batalla entre Voldy y Dumbly demasiado corta. Lo que le aplaudo fue la secuencia de recuerdos y el diálogo entre Harry cuando es posesionado por Voldy. El resto, prescindible.
La sexta no se queda atrás. Respaldado por su director de fotografía y las mejores actuaciones de la saga hasta la fecha, El Príncipe Mestizo (ó El Misterio del Príncipe, como se lee en la mala traducción) se queda opacada en profundidad de historia, y herida por desviarse de la trama central (el libro de pociones de Harry), hacia una de las numerosas subtramas (el amor en Hogwarts), con escenas que no sólo rayan en lo cursi, sino en lo asquerosamente detestable, con riesgos de diabetes por tanta azúcar.

jueves, 13 de agosto de 2009

Hace ya muchos ayeres, para la Generación Nintendo, una serie americana (que para muchos era una creación original y no una copia al carbón de un serial japonés) empezó a hacer furor: los Power Rangers. Para ese entonces, yo contaba con la tierna edad de ocho años, y luego de haber sido arrebatado de las Tortugas Ninja por un tiempo, esta serie hizo un buen relleno para mi demanda de acción televisiva.
Bueno, el chiste es que hoy anduve revisando datos curiosos tanto de la serie como de la película, y me encontré con cosas bastante polarizadas.

1. Para aquellos que recuerden la primera temporada, (la de los primeros zords en forma de dinosaurios), seguramente recuerdan a la chavita asiática Triny (Thuy Trang), la Yellow Ranger. Apenas duró una temporada, pero para muchos dejó una huella (fuera del estereotipo japonés y la cuasi-burla de tener el amarillo por ser de la "raza amarilla"). Sin mucho currículum fuera de la serie, Thuy murió en 2001 en un accidente automovilístico, dejando un shock y catapultando sus resultados en Google a más de cuatro millones.


2. Del resto del cast que estuvo en las primeras temporadas, los más activos han sido Jhonny Yong Bosch y Amy Jo Johnson. El primero se supo mover en el área del doblaje, prestando su voz a una infinidad de personajes en anime y videojuegos, destacando la voz americana de Ichigo Kurosaki de Bleach, y Nero en Devil May Cry 4.

A Amy se le pudo ver primero en el remake de Salvados por la Campana, en un drama de anorexia y bulimia que una vez vi en la tele, y más recientemene en Flashpoint y Veritas, el Príncipe de la Verdad.

3. El que nomás no pudo (o no quiso) despegarse de su papel, fue el que le hacía de Tommy, Jason David Frank, quien a pesar de haber sido uno de los más longevos (aunque entró tarde en la primera temporada), regresó para unos especiales y luego se quedó de regular en una temporada, interpretando a un Tommy veterano, convertido en doctor, y que fungía como una especie de Zordon.

4. Goldar, el perro dorado que fue despojado de sus alas en el primer capítulo, murió al parecer en la serie. Sucedió en una de esas temporadas avanzadas, y dado que todos mis amigos y yo nos rendimos al final de los Zeo, casi nadie se detuvo a ver dicho capítulo. En él, todos los enemigos se juntaban en una especie de concilio bajo el mando de Dark Specter, para celebrar la captura de Zordon. Luego de que los Rangers llegaran y sucedieran cosas, Zordon se sacrificaba para formar una especie de bomba que erradicaba a los enemigos, ó volverlos humanos, en su defecto.

5. Lo que más me sorprendió fue haber aprendido (como dije al incio del post) que los Power Rangers no sólo estaban basados en una serie japonesa, sino que eran literalmente, una copia al carbón de la misma. Ni squiera se molestaron en cambiarle nada, salvo los trajes, me parece, y cada vez que los "Kyôryû sentai Jûrenjâ" cambiaban de temporada, los Rangers igual lo hacían. Aquí dejo unos videos donde se muestra perfectamente lo copiones que los americanos pueden llegar a hacer. Se trata de un capítulo especial en donde muestran a todos los Red Rangers de todas las temporadas:

Versión japonesa.

http://www.youtube.com/watch?v=NI0UPMLX8eg

Versión americana.

http://www.youtube.com/watch?v=vLFVScy45LI






domingo, 19 de julio de 2009

Harry Potter and the Half-Blood Prince


Gran decepción. Es lo que puedo decir. Luego de las atrocidades cometidas en la Órden del Fénix, David Yates vuelve a las andadas para la entrega de la que quizás sea la más mediocre realización en la saga del mago.
No me considero fan de las películas como tal, por lo tanto nunca me ha indignado mucho que omitan tal o cual cosa - que escalaron en número conforme los libros se fueron engrosando -, salvo aquellas que sí aportan a la trama y la realización. A Cuarón se la pasé cuando omitió los orígenes del Mapa del Merodeador y la razón de ser del patronus de Harry. A Mike Newell se la pasé cuando omitió por completo la jugada en la Copa de Quidditch, y a David Yates cuando omitió... bueno no, a David Yates no le perdoné ningún error. ¿Por qué? Primeramente, por convertir la muerte de Sirius Black en un hecho de la vida cotidiana, sin emoción ni trascendencia. Sirius muere, Harry grita, y todo se olvida para dar entrada al duelo entre Voldemort y Harry. Ilusamente, pensé que no se podía cometer tal error de nuevo.

Y no sólo se cometió, sino que se agrandó con premeditación, alevosía y ventaja. Vamos, si en la reseña anterior pensé que hacían las cosas a propósito, con David Yates ya sé que sí son adrede.
Esta vez los fans sólo criticaremos la ausencia de la batalla final, luego de una insípida e intransigente muerte, aún más que la de Sirius, y un raquítico y rancio "homenaje" con luces. Pero antes de todo, vamos con la sinopsis.

Harry Potter es un adolescente normal que gusta leer periódicos raros, en donde él forma parte de los titulares desde hace un año. Ama los trenes, y gusta de viajar en ellos tan a menudo como puede, sin importarle que su cabeza tenga precio. Entonces, una tarde, luego de haber quedado en salir con una simpática mesera, se encuentra con un anciano de largas barbas, que se aparece en el andén de enfrente. Al parecer, Harry lo conoce, y decide acompañarlo.

Eso bien podría ser la premisa de una historia completamente distinta, como el spin-off de Evangelion en donde sólo había armas en lugar de EVAs. Bueno, pues después de una introducción en donde el Millenium Bridge es colapsado por los Death Eaters, se nos presenta ese inusual extracto de la vida de Potter, en donde, junto a Albus Dumbledore, se marchan a reclutar a un antiguo amigo y colega de éste último, con el fin de convencerlo para retomar su puesto como profesor en Hogwarts. En ese momento, se le da un vistazo a lo que será el transporte necesario en la séptima parte de la saga: la Aparición. Debo destacar que este elemento podría haber sido tomado en cuenta dentro de la trama, y de hecho se vería como una pieza sólida en un trabajo de Colombus o Cuarón, ellos sí sabían introducir las clases dentro de la cinta, no como Yates.

Saltando la insípida descripción de la Aparición, ambos entran en una casa a conocer a Horace Slughorn, interpretado por ZIDLER!!! Sí, el carismático maestro de ceremonias de Moulin Rouge!!! Oh... que genial!!! Amo el "shushushu" que hace cuando da vueltas mientras le explica la obra de teatro al inversionista. Harry logra convencer a un reticente Slughorn de aceptar el puesto en Hogwarts simplemente con mirar las fotografías, poner cara de huérfano bueno y dejar que el señor saque todas las conjeturas.


De ahí, Dumbledore avienta a Harry en un pantano cercano a la Madriguera, en donde una forzadísima Ginny lo espera ansiosa (si eso es lo que se puede apreciar tras su plástica e inexpresiva cara). Después de unas escenas aburridas, vamos a la tienda de los hermanos Weasley, la única que permanece abierta en el sombrío Callejón Diagón. Ahí, la dizque paranoia de Harry con Malfoy comienza a burbujear, al verlo entrar a Borgin & Burkes, una tienda con artículos relacionados con la magia negra, introducida en La Cámara Secreta y usada recurrentemente en pedacitos de cada novela, ahorrándole el trabajo a Yates de hacer la presentación.

Luego de ver una especie de prisma rectangulaer color negro, y una extraña fascinación de Malfoy por el objeto, Fenrir Greyback hace su primera aparición cerrando las cortinas (sí, atemorizante) de la tienda. Ya después vienen los preparativos para regresar a Hogwarts y se introduce la secuencia en donde Harry escucha los "planes" de Malfoy sobre no regresar a la escuela el próximo año, y accidentalmente es descubierto por el güerillo, quien hace uso de su malicia al romperle la nariz de una patada, dejarlo petrificado y cubierto con la capa invisible para devolverlo a Londres. Afortunadamente, la siempre útil Luna Lovegood llega con sus lentes especiales para ver (introducir nombre raro), y así descubre a Harry. Gracias Yates por desaparecer a Tonks de la primera de dos escenas relevantes que tenía en el libro, y en donde se evidenciaba el inicio de una relación con Lupin.

Ya en Hogwarts, todo se va para abajo. Una vez más, las intervenciones de Zidler salvan la aburridísima trama que se gesta en torno a la vida escolar. El Quidditch vuelve, trayendo consigo a la odiosísima Lavender Brown (Jessie Cave), que logra encelar a una Hermione en una o dos divertidas escenas (obviamente hay muchísimas más, pero resultan tediosas y ñoñas).
Y la obsesión y suspenso de Harry hacia Malfoy queda relegada por las bromas en torno a Ron y Lavender, apretándose todo con los vagos recuerdos de Voldemort y la búsqueda de la memoria de Slughorn, sin olvidar sus reuniones y fiestas y el único partido de Quidditch que se juega en el año escolar.

Luego de haber hecho pausa en el género de comedia romántica, los hechizos en forma de rayitos y lucecitas vuelven a surgir, en una ridícula e innecesaria escena que únicamente pretende recordarle a la audiencia que Voldemort sigue amasando su ejército de Death Eaters, aunque siempre mande a los mismos tres chalanes a hacer su labor (Bellatrix, Greyback, y no recuerdo quien más, de lo intrascendente que resulta ser). En fin, aquí se muestra la gran falta de una correa de castigo para Harry, quien sin más, sale disparado como perro en celo atrás de la asesina de Sirius, haciendo caso omiso a los "enamorados" Lupin y Tonks. La babosa de Ginny sale tras él, y se enfrentan en uno de esos emocionantes duelos en donde aparecen pequeños rayos de color blanco, sin que nadie arroje un hechizo, dejando que el espectador adivine qué maldito conjuro es el que están usando. Viéndose vencidos por los alumnos, los temibles Death Eaters se van en sus clásicas nubes de humo, no sin antes echarle unas llamaradas a la casa de los Weasly (The Burrow, o La Madriguera), para que todos, olvidándose de sus varitas y la capacidad para conjurar agua, se queden viendo cómo su patrimonio queda reducido a cenizas.

Luego de mostrar lo horrible que los Death Eaters pueden ser, la comedia romántica resurge hasta que el libro del Príncipe Mestizo cobra importancia. Ah sí, porque durante toda la película se puede notar como muy por abajo del agua, casi subjetivamente, Harry siempre se mantuvo obsesionado con el libro. Pero vamos, no basta con que aquí y allá se salpiquen las advertencias contra el libro, se tiene que ver, que palpar, y en ningún momento se vuelve sólido dicho mensaje.

En fin, sucede el funeral de una reducida Aragog, que finalmente es enterrada del tamaño de un elefante bebé, y Harry consigue el recuerdo de Slughorn para descubrir el secreto de la aparente inmortalidad de Voldemort. Resulta que sus Horcruxes deben ser encontrados y destruidos antes de poderle disparar... un Avada Kedavra, por supuesto. De esta manera, entra la famosa escena de la cueva, tal vez la única que valga la pena en toda la película, de no ser porque la llamarada convocada por Dumbledore prefiere actuar como barrera para dejar a los Inferi al alcance de los magos, que al revés. Bueno, no se puede pedir mucho, y esa pequeña dosis de acción resulta un excelente calentamiento para lo que se aproxima.

Dumbledore queda medio loco y debilitado por los sucesos de la cueva, y ambos regresan a Hogwarts para descubrir que algo anda mal... por lo que Dumbledore le pide a Harry que se esconda en el piso de abajo (parece que el sí uso su correa de castigo en el muchacho). Al final de cuentas, cuando Snape le da el golpe de gracia, empieza otro silencio (como el de Sirius), mientras Dumbly cae por la torre hasta chocar contra el piso. Y... nada, no pasa nada.

Salvo un poco de destrucción por parte de la Lestrange, el resto del "escape" se hace en silencio, en fila india y completamente en orden, vamos hasta parece que Snape los puso a "guardar distancia por tiempos". El único que decide perseguirlos es Potter, pero se ve imposibilitado ante el talento y poder de Snape. El pérfido le revela que él es el Príncipe Mestizo antes de marcharse, y Harry se queda anodadado.

Finalmente, se da la alarma y todos los alumnos salen a ver el cadáver de Dumbly, que yace en uno de los patios. Llorando, revelan un "homenaje" con sus varitas, despejando la Marca Tenebrosa que se impuso al asesinar a Albus. Así, la batalla y el funeral se omiten de una historia que marcaba a éstos como puntos clave dentro de su estructura. Sin ellos, el suspenso abierto para Las Reliquias de la Muerte se queda incompleto, insípido, al igual que el resto de la película.

domingo, 12 de julio de 2009

El Libro de Piedra

Tiene ya unas semanas que vi este bodrio, y la espera fue buena porque sirvió para atenuar mi coraje e indignación, elevados exponencialmente después de haber presenciado semejante atrocidad.
Yo, como defensor del cine mexicano, pugno por ver cine nacional tan a menudo como los conglomerados Cinépolis, Cinemark y MM Cinemas me lo permiten, pero vamos, uno se queda sin argumentos con este tipo de películas, tan malas como el cáncer, tan mediocres como la actual Selección Mexicana y el sector cultural del ayuntamiento de Benito Juárez. Y aún falta vociferar contra aquellos que encontraron los medios para financiar este proyecto estudiantil con estrellas nacionales que ni me importan.
Creo que lo únco rescatable es el CGI de los créditos iniciales... después de eso uno fácilmente puede salirse sin perderse nada interesante. Al principio pensé en ser flexible porque el cine mexicano de terror de los últimos años no ha sido el mejor... (Kilómetro 31 hizo un trabajo decente en efectos especiales, pero se la jalaron con el final), pero vamos creo que se pudo haber hecho un mínimo esfuerzo por asustar al espectador.
Como no vi Cañitas... presencia ni Hasta el Viento Tiene Miedo, no puedo sacar referencias buenas del director, lo que es una verdadera calamidad porque ya lo taché en mi lista de fracasados.
¿Qué pensaba, que usar el mismo guión y añadirle carros de lujo y fotografía asquerosa iba a aumentar la tensión y el miedo en la película? ¿O que Ludwica Paletta iba a rescatar las mediocres actuaciones (mis elogios para los niños, que fueron los únicos que no me provocaron arranques suicidas), con su cara de huelo-a-popó y su aire de reina de belleza?
Por Dios que pasaba por la mente del director cuando decidió que lo mejor para la película era quemar las tomas en exteriores?
No, no, no, estoy tan indignado en que se gaste dinero haciendo estas mediocridades, ni siquiera aportan algo, ALGO, a la historia o al lenguaje, vamos se arruina todo con babosadas así.
Y seguro, como no se hizo una en sustos con la imagen, se recurre al audio (que involuntariamente provoca un brinco), pero ni siquiera es un audio inteligente, como El Exorcista, no.... son coritos mal nivelados de monjes gregorianos que hasta parece que van a salir en tercer plano cantando... y para el suspenso, una mujer que no deja de aullar, así estén desayunando tranquilamente, el suspenso debe aparecer por algún lado, la tensión tiene que existir.
Sin más comentarios, me despido advirtiendo que esta es una película que debe evitarse a toda costa.

miércoles, 8 de julio de 2009

Transformers: Revenge of the Fallen

Bah, desde el título se puede notar la ambigüedad de su interpretación. Revenge of the Fallen se refiere tanto a los Decepticons como al propio Fallen, uno de los primeros Prime que se rebeló contra sus hermanos, al querer absorber la energía del Sol para crear Energom, y por lo cual fue castigado y bautizado como "The Fallen".
Bueno, esa es toda la trama rescatable en la secuela del hitazo veraniego "Transformers", película Live Action que se basó en la serie creada a partir de los juguetes de Hasbro, que fueron lanzados en la ya lejana década de los ochenta. A pesar de los números en taquilla, esta primera película no fue del completo agrado de los fans, por lo que Michael Bay, el director que ama los slow motions, las tomas quemadas y los atardeceres, se concentró en dos problemas fundamentales de la primera entrega: el tiempo en pantalla de los Transformers y las batallas entre éstos.
Así que, ni tardo ni perezoso, encargó a los escritores nuevos robots y mejores batallas. Por ello, se decidió quitarles el halo de indestructibilidad del que fueron dotados en la primera parte, y ahora pueden morir con cualquier impacto y golpe hacia sus partes vitales.
Con la incursión de nuevos personajes en ambos bandos, uno espera al menos una introducción decente, en lugar de presentarlos mientras combaten a los Decepticons en un emocionante arranque. Además, presentan con biombos y platillos a Sideswipe, para después desaparecerlo hasta el final de la cinta. Las motitos, cuyos nombres jamás se me pegaron, hacen lo mismo, además de mostrarse bastante débiles en la batalla final.
La historia no es lo mejor que se haya podido hacer, pero teje decentemente las centenas de secuencias de acción que se despliegan continuamente. Eso significa que es mejor sentarse y admirar el gran trabajo en efectos visuales que disfrutar de una historia hueca, con actuaciones entre graciosas y patéticas, y un guión que abusa del absurdo en los personajes, hasta el punto de plasmarlos como parodias de alguna caricatura que aún no se inventa.
Como ejemplos están los Autobots gemelos, Mudflap y... no se cómo se llama el otro, pero no importa, nunca se llaman por sus nombres, pues están demasiado ocupados en insultarse como "niggas". También destaca el mayordomo del Señor Deeds, que ahora trabaja vendiendo carnes en algún establecimiento oriental de un barrio oriental de por ahí (sí mencionan la ciudad, pero realmente no importa, como muchos aspectos de la trama), y que resulta serles útil como único creyente en la teoría de que los Transformers llevan mucho tiempo entre nosotros. De esta manera, los personajes hartantes no dejan de hacer su aparición, con la únca convicción (aparentemente) de hartar al espectador. La primera parte tenía a la rubia esa (que debió quedarse callada) y a ese regordete que sale en todas las malas parodias en lo que mejor sabe hacer: clichés afroamericanos.
Esta secuela es otra que sufre de un ritmo tremendamente acelerado en el aspecto narrativo, al punto que parece ser un mal necesario para hilar todas las secuencias de acción. Vamos, explicaciones sobre el Energom son triviales, y los diálogos sólo aportan el conocimiento necesario.
Steve Jablonsky destaca en la música una vez más, desatando todo el "Bay Style" en las escenas y secuencias de acción, y parecer ser que tanto pegó "What I've Done" en la primera entrega, que ahora Linkin Park no sólo presenta la rola insignia, sino que hasta le echan una manita al score de la película. El efecto, toques roquerones para agudizar el efecto dramático, siempre funciona.

jueves, 11 de junio de 2009

Star Trek, el reboot impecable


Oh, ayer fue una tarde muy interesante. No sólo vencí uno de mis más grandes paradigmas, sino que me gustó en verdad lo que vi. Me refiero a una de las series que me atormentaban de niño, esas de la barra setentera cuando el cable en Cancún apenas estaba empezando. No recuerdo si todo estaba en Fox o se lo repartían varios canales, pero cada vez que me enfermaba, tenía que chutarme la dichosa barra setentera que incluía "Los Tres Chiflados", "Tierra de Gigantes", "Perdidos en el Espacio", "La Isla de Gilligan", "La Isla de la Fantasía", y, por supuesto, Star Trek. Como siempre he sido más fan de Star Wars y ambas sagas están medio peleadas, y siempre se me hicieron más geeks los que favorecían al Capitán Kirk, nunca me dieron ganas de adentrarme en el concepto.
Sin embargo, y como todo ícono de la cultura pop, algunos elementos, como nombres y frases, irremediablemente se pegan a través de parodias, chistes u homenajes en otras series y caricaturas. Vagamente, recordaba al Capitán Kirk, al señor Spock, el saludo de vulcano, la forma de la famosísima nave Enterprise, y la frase "Beam me up, Scotty".
Por esa razón, ahora que vi que saldría OTRA película más de "Viaje a las Estrellas", pensé que las secuelas jamás se terminarían. Y precisamente debido a eso, recibí con agrado la noticia que anunciaba que ésta sería una precuela que antecediera a toooda la saga, y que el señor creativo que se encontraba detrás de todo era el señor J. J. Abrams, creador de Alias, Lost, y Cloverfield. De Alias no puedo decir mucho, pero Lost y Cloverfield tienen conceptos bastante sólidos, una gigantesca cantidad de fans, y bueno, toda una mitología que supera la historia mostrada en pantalla. De ahí que le diera a Star Trek una oportunidad de sorprenderme.
Y vaya que lo hizo.
Atrás quedó la idea de una serie vieja, aburrida, en donde la cámara no pasaba del puente de mando del Enterprise, con el capitán gritando cosas mientras todos apretaban botones y accionaban palancas. Esto fue un punto y aparte en la serie, respetando (a mi parecer) el concepto, nombres, personajes e historia en general, mientras se le daba un inicio fresco y dinámico, adaptado obviamente, a las generaciones actuales. De esta manera, tooodo se nos presenta como nuevo, hasta la dichosa nave, que hace su primera aparición mientras está siendo construida.
La historia narra los inicios del Capitán Kirk y el Señor Spock, como seres completamente opuestos, cuyos destinos se cruzan dentro de la Star Fleet. La historia presenta su tierna infancia, una adolescencia-juventud, y finalmente, el momento en que ambos se enrolan en la Star Fleet. Los personajes tienen su primer encontronazo cuando Kirk pasa una prueba de simluación diseñada para ser insuperable, haciendo trampa. Ante esto, un Señor Spock interpretado por el villano de Héroes, Silar (Chris Pine mantuve la esperanza de que en algún momento le abriera el cráneo a alguien).
La nueva tripulación del Enterprise
Seguramente a los fans de la serie les divertirán muchos de los guiños y detalles en donde se hace referencia al resto de la saga, como el "chiste" en donde Uhura no dice su nombre, y es que por muchos años se pensó que no tenía, hasta que comenzaron a llamarla Nyota... (risas forzadas). Los simples mortales, en cambio, podrían terminar preguntándose por qué la gente cuchichea...
En fin, J J Abrams agrega su toque tanto en la historia como en la forma, y, con lo fan que seguramente debe ser, este es, además de un reboot, un homenaje a una de las grandes leyendas pop de la ciencia ficción. Personalmente, la recomiendo a todo público, aunque aguas... puede oler demasiado a geek en la sala...

martes, 9 de junio de 2009

Up


Por fin, alguien lo ha logrado. Durante meses he estado buscando una película que tuviera la fuerza para hacerme llorar, para conmoverme hasta que las lágrimas fuesen incontenibles, y no sólo con el acostumbrado nudo en la garganta que pronto se desvanece. Y la he encontrado en la más inusual de las películas de la temporada... Up.
Up, una cinta que guardaba herméticamente una parte sustancial de la trama - como es típico en las películas de Pixar -, presagiando lo que podría haber sido un fracaso: un anciano que un día decide volar en su propia casa, atando globos (sí, globos) a su chimenea para irse de su ciudad con rumbo desconocido. Acostumbrado a este tipo de premisas, a la espera de llevarme una vuelta de tuerca a media historia, fui a verla en 3-D.
El primer aspecto a resaltar es que Up no se engalana en el uso de la dichosa tercera dimensión, al contrario de otras películas (como My Bloody Valentine 3-D), sino que la integra como parte de la experiencia visual, sin que en un momento veas que las cosas vienen hacia ti intencionalmente (como la aguja en la intro de Coraline).

El segundo aspecto que sale a relucir de inmediato es la música. De aquí uno se da cuenta que Michael Giacchino parece ya haberse convertido tanto en el músico de cabecera de Pixar, como en una de las grandes promesas a futuro (un futuro donde John Williams, Ennio Morricone, hasta Harry Gregson-Williams estén muertos), al ser creador de melodías tan espeluznantes y rebosantes de suspenso como Lost, y otras tan hermosas e inspiradoras como Ratatouille, y otras heróicas como Los Increíbles y otras remezcladas como Speed Racer y otras como... bueno creo que me doy a entender. En fin, Giacchino hace que la música salte y salpique todo de color, realzando de manera excepcional el de por sí colorido aspecto visual de la película.
Bueno, por más que me gustaría narrar aunque sea un poco de la película, existe el riesgo de estropear los magníficos cuadros y secuencias que aparecen desde la introducción, así que sólo diré que en los primeros diez minutos pude reír y llorar a placer, literalmente. No se si el hecho de que sea una película animada le esté dando algúne efecto agregado, pero la verdad es que Pixar, en mi opinión, logró resumir toda la ternura que se aventaron en Wall-E, simplemente en la introducción de esta película.
Continuando con la premisa conocida mediante el trailer, Up narra la historia de Carl Fredricksen, un amargado viejito que vive en una casa antigua y tradicional, en un barrio que ya fue consumido por rascacielos y grandes edificios comerciales. Resulta que una compañía, cuyo nombre jamás se conoce, quiere comprar su casa para demolerla, pero Carl se niega rotundamente. Una mañana, observa cómo su buzón es tirado por una revolcadora de cemento, y al instante, un trabajador se apresura a recogerlo, al tiempo que Carl intenta colocarlo de nuevo en su lugar, provocando un forcejeo que, al final, termina en: ¡Sangre! Sí, sangre, Pixar ha mostrado sangre en una película... una señal irrefutable de que las cosas han ido demasiado lejos para Carl. Bueno, al señor lo condenan a un asilo, dándole una noche para prepararse, pero cuando los trabajadores llegan a su casa, Carl los sorprende amarrando una inmensa cantidad de globos a su casa y escapando con todo y su hogar.
Ahora, a nivel narrativo, aquí comienza un pacto entre la historia y el espectador, una especie de contrato por el cual se establece (siempre a nivel subliminal) que el espectador está de acuerdo con la idea de que un hombre pueda tomar muchos globos y hacerlos levita, para evitarse las explicaciones al final. Hago mención de esto último por las quejas (por parte de gringos, mayormente) de que "no es posible que una casa flote", ni que "un viejito la esté jalando" etc.
Y a partir de aquí me gustaría hacer mención que Up es una película que logra equilibrar el entretenimiento para niños y el mensaje serio para los adultos de una manera excepcional. Esto ya es algo tradicional en Pixar, pero con cada película lo van refinando.
Aunque a primera vista no lo parezca, Up tiene muchos símbolos y referencias a la muerte y al duelo sufrido por una persona, y todo aquel que haya dudado al deshacerse de las pertenencias de un ser querido que ha fallecido, entenderá perfectamente la renuencia de Carl a abandonar su casa y sus pertenencias. La misma imagen del pobre anciando con la casa a cuestas - literalmente - es un reflejo de lo pesada que puede ser la carga y el dolor de una persona ante la muerte.
A la mitad de la película, muchas cosas en cuanto a la trama cambian. Se introduce un humor muy blanco y muy inteligente, ya que hacen uso de clichés bien establecidos por íconos norteamericanos como los Looney Tunes o las películas clásicas de Disney, sobre todo a la hora de introducir a la gigantesca manada de perros que provocarán un dolor de cabeza a Carl y a Russell. La carga simbólica, en contraste, toma más peso y conlleva a un hermoso y valiente clímax.
En el aspecto técnico, Up sobresale por las vistosas texturas que maneja en todo momento. Sin en Wall-E los reflejos y los modelos tencológicos fueron el deleite visual, aquí viene siendo el sentimiento "abrazable" que tienen personajes, y la sensación "acogedora" de los escenarios. Tanto la tela del traje de Carl, como los pelos de Dug, como las nubes y las plantas, e incluso los globos, vienen a coronar el excelente trabajo de Pete Docter y Bob Peterson, escritores y directores de este gran logro.

Up, gracias a Pixar, no es una "película para niños" en el sentido estricto de la palabra. Pixar ya sobrepasó eso, está por encima de un simple humor y una historia tierna, y lo demuestra con cada filme que aparece bajo su nombre. Sin duda, Disney hizo una gran inversión al absorber a estos estudios de animación.

miércoles, 3 de junio de 2009

X-Men Orígenes: Wolverine, una retrospectiva a la mediocridad...

Durante la primera mitad de la década, aparecieron varias películas de superhéroes, principalmente de Marvel, a raíz del éxito que tuvo la primera entrega de Spiderman, en 2002. Su secuela, más que esperada, trajo una bonanza a la división de Marvel especializada en la franquicia cinematográfica, y así comenzó un desfile de adaptaciones que poco a poco se fue autoconsumiendo. Hulk, de Ang Lee por ejemplo, no representó un fracaso en taquilla, pero sí supuso una decepción inicial en las adaptaciones. Personalmente, considero esta película un buen intento pre-Dark Knight de hacer una película de cómic más seria y profunda. Lamentablemente, a muchos no les agradó ni el Hulk "de plastilina", ni el nivel de acción, ni las viñetas que partían la pantalla.
A partir de esta película, me parece, las siguientes cintas fueron más... de ficción mediocre. Detesté Daredevil, en primera, porque no termino de creerle a Ben Affleck, y en segunda, porque parece película hecha para promocionar el soundtrack. Su banda sonora incorporó todos los primeros lugares de MTV y los colocó en su disco... vamos, hay música que nada tenía que ver ahí pero a fuerzas la metieron, y se ve tan creíble como yo jugando fútbol. Los 4 Fantásticos le siguió, incorporando muy malos actores, un guión muy pobre que, increíblemente, fue hecho por dos personas... y su secuela... que la superó en mediocridad...
También por ahí desfilaron Elektra, Ghost Rider, y otras que ya no recuerdo...
DC hizo un enorme cambio a favor de una película basada en sus héroes de tinta, entregando su confianza a Christopher Nolan (famoso por Memento, entre otras), para reinventar la saga de Batman, malherida tras la sacrílega Batman & Robin. Nolan presentó una precuela con tintes mucho más realistas, incluyendo un poco de política, otro poco de drama socaial, idealismos e ideologías, conflictos personales, y aún así mantener la trama enfocada en la realización del proceso que sigue Bruce Wayne hasta convertire en Batman. Aplausos...
Y todo lo que logró con Batman, se cayó cuando se estrenó Superman Regresa. Augurada como una obra maestra de Bryan Singer, con increíbles efectos especiales nunca antes vistos, y plagada de detalles -imperceptibles- como millones de "S" en el traje del Hombre de Acero, la película decepcionó a todos los fanáticos que estaban esperando una revindicación del superhéroe tras... Superman 3 y 4.
Spider-Man 2 salvó la situación de Marvel un poco, manteniendo la esencia de la original, y me agradó bastante el feeling de familiaridad que mantuvo, la coherencia y las referencias en cuanto a apego a una misma saga. Vamos, es como ver un capítulo de la serie bastante largo. Se ve una unión y cohesión, como una verdadera secuela debería ser... y salió la tercera entrega, en donde todo simplemente se fue al aver...no. Tenía tantos personajes, villanos y subtramas que contar, que simplemente se vio atiborrada de secuencias que se desviaban de la premisa original (Peter lidiando con su fama, Mary Jane en un bache en su carrera, y a Harry Osborne asumiendo el papel del nuevo Duende Verde). Así, pudimos ver a un forzado Sandman y -más forzado aún- a Venom en contra del arácnido.
Finalmente, llegó Iron Man, que, después de todos estos bodrios, cayó como una lluvia refrescante en la sequía de creatividad. Esta película de Jon Favreau (que anteriormente había deleitado a la audiencia con... Zathura) reconstruyó los estándares de una película de superhéroe de Marvel, y le hizo varios guiños al tinte realista impreso con Batman Inicia.
Luego de su tremendo éxito, la reinvención de Hulk, titulada "El Increíble Hulk", les dio a los fans lo que tanto habían pedido: acción y un Bruce Banner menos "emo". El resultado fue que varios aprecieron la realización de Ang Lee, y muchos más la voltearon a ver con nostalgia, entendiendo por fin lo que el director asiático tenía en mente.
Y para concluir el breve repaso, El Caballero de la Noche estableció un nuevo estándar en cuanto a superhéroes se refiere, ya que nunca antes se había logrado el éxito en taquilla y de audiencia como se logró con la segunda parte de la reinvención del murciélago. Muchos salimos encantados de la función, y esperamos con ansias que los realizadores entiendan que muchas veces el enfoque en lo sustancial es lo que de verdad es apreciado.

Y, parece que ninguno de los realizadores de X-Men Orígenes: Wolverine pareció entender. Esta película es el primer spin off de la saga de X-Men (asunto bastante obvio), que narra la vida de Logan/Jimmy no se qué/Wolverine.Desde los créditos iniciales se predice que no será una "biografía" del personaje, al presentar casi toda su "juventud" peleando en las distintas guerras en las que Estados Unidos se ha involucrado. Así, se ahorran toooda la explicación para centar la trama en el momento en que recibe su adamantium de parte de William Stryker, en un proyecto del ejército estadounidense llamado "Weapon X". Ahora, no sé que tan fiel sea la historia a la del cómic, y en todo caso, eso sería punto de discusión de otro blog, así que me apegaré a lo que vi a lo largo de la historia: es ridícula.
Podría ahorrarme el resto del post con el adjetivo, resumir que no es recomendable y tan tán, pero la película en sí ha creado una buena cantidad de expectativa, sobre todo en México, por el atraso sufrido en su estreno, derivado de la contingencia sanitaria causada por la epidemia del Virus de lnfluenza Humana, que realmente me veo en la necesidad de explicar y preguntarme ¿qué demonios pasó?
El "cine de cómic", como me gusta llamarlo, estaba ya produciendo cosas buenas, historias interesantes y dramáticas que mantenían una credibilidad, que no se derivaba del apego a la realidad. No, las películas tenían un acabado mucho más humano y sensible que antes, y en esta, una película sobre un mutante que pierde al amor de su vida, todo parece ausente.
Sabretooth. Para empezar, el casting de Liev Schrieber está completamente errado. Vamos, aún tiene cara de no-soy-el-villano-aunque-toda-la-pelicula-así-lo-de-a-entender, mas no tiene la malicia necesaria para que su imparable sed de sangre sea creíble. La cara que tiene puede ser de burla y sarcasmo, pero no se le llega a notar la bestialidad de Sabretooth.
Wolverine. Hugh Jackman ya tiene el papel más que aprendido, pero aún así, tal vez por el cambio de director, encontramos a un Logan más gritón y más plano que en las anteriores. La culpa también la tiene el forzado guión, que de alguna manera logra apretar tanto la inexistente relación entre los hermanos, que terminan por imponerla a como de lugar.
El resto de los mutantes... aparecen decenas de miniapariciones, casi cameos, y jamás explican un contexto. Algunas sorpresas son agradables, como la presencia de Patrick Stewart en su rol del Profesor Charles Xavier. Otras, francamente molestas, como la disque incorporación de Cyclops, que termina siendo una aparición de medio minuto en toda la película, y la justificación del por qué no recuerda a Wolverine es simplemente... infantil, posible, pero infantil. Otros, como Zero, Bolt y Emma Frost salen poco, sus poderes se despliegan sin más, e incluso The Blob da mucha más lástima que asombro al verlo.
Lo que me gustó es que los incorporaron en la historia, pero aún así, a muchos como Cíclope y Gambito, los desperdiciaron al darles tan poco tiempo en pantalla, y es que la historia se hubiera visto mucho más completa, irónicamente, de no haberle dedicado tanto tiempo a Wolverine en pantalla.
La trama. Que cosa más forzada, y de nuevo, dos guionistas no dieron el ancho para crear una trama sólida y creíble, remitiendo el producto final a la clasificación de "Churros palomeros", que sólo buscan sacar provecho monetario para la Twentieth Century Fox. Lástima, esta película daba mucho potencial para exprimir un drama de mayor calidad, batallas más completas y complejas,
Finalmente, la acción, después de todo, es una película sobre los X-Men. Bueno, en las entregas anteriores se nos había mostrado una gran dosis de acción usando al máximo los poderes de cada mutante. Esta vez, Gavin Hood pretendió darle la misma presencia, pero le dejó una cierta "esencia" fuera, una dote que las primeras dos entregas sí tenían. Las secuencias de batalla son largas, incluso para los estándares americanos, y las explosiones no dejan de hacerse presentes. Los combates entre Wolverine y Sabretooth se ven bastante bien, y el manejo de los efectos especiales es destacable, aunque no es asombroso.