Propósito

Comentarios, críticas, reseñas, opiniones y datos curiosos sobre las películas, series y caricaturas que de alguna manera me han valido la pena para elogios, burlas, inspiración, berrinches ó admiración.

martes, 9 de junio de 2009

Up


Por fin, alguien lo ha logrado. Durante meses he estado buscando una película que tuviera la fuerza para hacerme llorar, para conmoverme hasta que las lágrimas fuesen incontenibles, y no sólo con el acostumbrado nudo en la garganta que pronto se desvanece. Y la he encontrado en la más inusual de las películas de la temporada... Up.
Up, una cinta que guardaba herméticamente una parte sustancial de la trama - como es típico en las películas de Pixar -, presagiando lo que podría haber sido un fracaso: un anciano que un día decide volar en su propia casa, atando globos (sí, globos) a su chimenea para irse de su ciudad con rumbo desconocido. Acostumbrado a este tipo de premisas, a la espera de llevarme una vuelta de tuerca a media historia, fui a verla en 3-D.
El primer aspecto a resaltar es que Up no se engalana en el uso de la dichosa tercera dimensión, al contrario de otras películas (como My Bloody Valentine 3-D), sino que la integra como parte de la experiencia visual, sin que en un momento veas que las cosas vienen hacia ti intencionalmente (como la aguja en la intro de Coraline).

El segundo aspecto que sale a relucir de inmediato es la música. De aquí uno se da cuenta que Michael Giacchino parece ya haberse convertido tanto en el músico de cabecera de Pixar, como en una de las grandes promesas a futuro (un futuro donde John Williams, Ennio Morricone, hasta Harry Gregson-Williams estén muertos), al ser creador de melodías tan espeluznantes y rebosantes de suspenso como Lost, y otras tan hermosas e inspiradoras como Ratatouille, y otras heróicas como Los Increíbles y otras remezcladas como Speed Racer y otras como... bueno creo que me doy a entender. En fin, Giacchino hace que la música salte y salpique todo de color, realzando de manera excepcional el de por sí colorido aspecto visual de la película.
Bueno, por más que me gustaría narrar aunque sea un poco de la película, existe el riesgo de estropear los magníficos cuadros y secuencias que aparecen desde la introducción, así que sólo diré que en los primeros diez minutos pude reír y llorar a placer, literalmente. No se si el hecho de que sea una película animada le esté dando algúne efecto agregado, pero la verdad es que Pixar, en mi opinión, logró resumir toda la ternura que se aventaron en Wall-E, simplemente en la introducción de esta película.
Continuando con la premisa conocida mediante el trailer, Up narra la historia de Carl Fredricksen, un amargado viejito que vive en una casa antigua y tradicional, en un barrio que ya fue consumido por rascacielos y grandes edificios comerciales. Resulta que una compañía, cuyo nombre jamás se conoce, quiere comprar su casa para demolerla, pero Carl se niega rotundamente. Una mañana, observa cómo su buzón es tirado por una revolcadora de cemento, y al instante, un trabajador se apresura a recogerlo, al tiempo que Carl intenta colocarlo de nuevo en su lugar, provocando un forcejeo que, al final, termina en: ¡Sangre! Sí, sangre, Pixar ha mostrado sangre en una película... una señal irrefutable de que las cosas han ido demasiado lejos para Carl. Bueno, al señor lo condenan a un asilo, dándole una noche para prepararse, pero cuando los trabajadores llegan a su casa, Carl los sorprende amarrando una inmensa cantidad de globos a su casa y escapando con todo y su hogar.
Ahora, a nivel narrativo, aquí comienza un pacto entre la historia y el espectador, una especie de contrato por el cual se establece (siempre a nivel subliminal) que el espectador está de acuerdo con la idea de que un hombre pueda tomar muchos globos y hacerlos levita, para evitarse las explicaciones al final. Hago mención de esto último por las quejas (por parte de gringos, mayormente) de que "no es posible que una casa flote", ni que "un viejito la esté jalando" etc.
Y a partir de aquí me gustaría hacer mención que Up es una película que logra equilibrar el entretenimiento para niños y el mensaje serio para los adultos de una manera excepcional. Esto ya es algo tradicional en Pixar, pero con cada película lo van refinando.
Aunque a primera vista no lo parezca, Up tiene muchos símbolos y referencias a la muerte y al duelo sufrido por una persona, y todo aquel que haya dudado al deshacerse de las pertenencias de un ser querido que ha fallecido, entenderá perfectamente la renuencia de Carl a abandonar su casa y sus pertenencias. La misma imagen del pobre anciando con la casa a cuestas - literalmente - es un reflejo de lo pesada que puede ser la carga y el dolor de una persona ante la muerte.
A la mitad de la película, muchas cosas en cuanto a la trama cambian. Se introduce un humor muy blanco y muy inteligente, ya que hacen uso de clichés bien establecidos por íconos norteamericanos como los Looney Tunes o las películas clásicas de Disney, sobre todo a la hora de introducir a la gigantesca manada de perros que provocarán un dolor de cabeza a Carl y a Russell. La carga simbólica, en contraste, toma más peso y conlleva a un hermoso y valiente clímax.
En el aspecto técnico, Up sobresale por las vistosas texturas que maneja en todo momento. Sin en Wall-E los reflejos y los modelos tencológicos fueron el deleite visual, aquí viene siendo el sentimiento "abrazable" que tienen personajes, y la sensación "acogedora" de los escenarios. Tanto la tela del traje de Carl, como los pelos de Dug, como las nubes y las plantas, e incluso los globos, vienen a coronar el excelente trabajo de Pete Docter y Bob Peterson, escritores y directores de este gran logro.

Up, gracias a Pixar, no es una "película para niños" en el sentido estricto de la palabra. Pixar ya sobrepasó eso, está por encima de un simple humor y una historia tierna, y lo demuestra con cada filme que aparece bajo su nombre. Sin duda, Disney hizo una gran inversión al absorber a estos estudios de animación.

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