Propósito

Comentarios, críticas, reseñas, opiniones y datos curiosos sobre las películas, series y caricaturas que de alguna manera me han valido la pena para elogios, burlas, inspiración, berrinches ó admiración.

lunes, 28 de febrero de 2011

Presunto Culpable

Pocas veces sugiero llevar papel y tinta al cine. Esta es una de esas ocasiones. Presunto Culpable llega como un fiel testimonio de la realidad en el país, en cuanto a procuración de justicia se refiere. Y el rezago es impresionante. Sólo basta mirar los procedimientos:

1. Sucede un crimen.
2. Llega la policía a investigar.
3. Interrogan a un testigo.
4. Detienen al primero que se les ponga enfrente.
5. Lo culpan de ese y otros delitos, pa' que no se vaya a salir rapidito del bote.
6. Se haga lo que se haga, el cabroncito se queda en la cárcel.


Y con procesos de ese calibre, uno no puede hacer menos que defenderse de la propia ley. Antonio Zúñiga vivió este conjunto de incoherencias en carne propia. Acusado de haber asesinado a una persona que no conoce, por un testigo que jamás había visto en su vida, fue encontrado culpable de la manera más arbitraria y arrogante posible. Una cinta que indigna y da pena ajena por el pésimo actuar de nuestras fuerzas de justicia. Desde un juez arrogante, hasta unos policías seguros de salirse con la suya, pedantes y cobardes, el caso - verídico de cabo a rabo - exhibe estereotipos mexicanos a más no poder. Y lo peor y más paetético del asunto, es que son estereotipos de carne y hueso, con nombre y apellido. 
Presunto Culpable es una cinta que debe verse con estómago vacío, por eso de los corajes que uno hace. Pero al cien por ciento recomendable.

martes, 22 de febrero de 2011

Cisne Negro

Ya muchas flores tiene esta película como para convertir esta entrada en una laguna de odas y aplausos. Es cierto, Aronofsky lo ha hecho de nuevo. Sorprendió a diestra y siniestra con su oscura interpretación de la historia de "El Lago de los Cisnes", situada en el contexto tras bambalinas, presentando el mundo de las bailarinas y los conflictos que surgen de la rivalidad, el anhelo y la presión.
El Cisne Negro es un trip total. Uno que el director pretendió elaborar como una secuela indirecta a su entrega anterior, "El Luchador" (que a la vez significó la reivindicación de Mickey Rourke). Uno que evoca más a un Réquiem por un Sueño que a una cinta sobre ballet. Un descenso a la locura en espiral. Con plumas negras, cuellos alargados, y rodillas de aves.
Burlas, fantasías, pesadillas, alucinaciones, obsesiones, frustraciones, y otros ingredientes más cocinan esta receta de locura perfecta en un marco que cobra vida gracias a una oscilante banda sonora que evoca el soundtrack de la fuente de inspiración.
Natalie Portman, completamente ajena a la otrora personificación de Padme Amidala, o de la loquita chavita que se enamora de Zach Braff en Tiempo de Volver (Garden State), ejecuta a la perfección a una muñeca de porcelana rota por dentro, una mariposa psicópata en las últimas etapas de la crisálida, a punto de  despertar convertida en una mariposa darketa sin amor ni compasión.

Metáforas no tan metafóricas

Algo en detrimento de la cinta son los obvios simbolismos que pretende manejar. Aparte del marcado cambio que paulatinamente muestra el personaje de Nina durante el transcurso de la cinta, Arronofsky planta numerosos recursos visuales que dan a entender la metamorfosis de una manera más, ehm, directa.
Esto, a pesar de resultar fascinante en cuanto a detalle, termina por disminuir el trabajo de análisis del espectador. Finalmente, primero vemos a una Nina buena en traje blanco, luego a una Nina en problemas en un leotardo bicolor, y finalmente enfundada ya en su oscuridad, practicando completamente de negro. Es como si Darren quisiera complementar (tal vez por miedo a las capacidades histriónicas de la actriz) con todos los recursos posibles, el complicado proceso por el cual atraviesa el personaje trágico.

De una paranoia muy real

Lo que hay que destacarle al guión, es la cantidad de conflictos que maneja al mismo tiempo, sin que éstos se superpongan o lleguen a forzarse en algún momento. Veámoslo de la siguiente manera:

1. Nina vs. la madre.
2. Nina vs. la rival.
3. Nina vs. el director de la compañía de ballet.
4. Nina vs. la sombra de Winona Ryder (su personaje, vamos).
5. Nina vs. la complejidad del personaje a interpretar, y bailar.
6. Nina vs. ella misma (sus miedos, su confianza).

Todos estos choques la dejan en un constante estado de persecución, de miedo irracional que inexorablemente quiebran su ya maltrecha racionalidad y la terminan convirtiendo en un verdadero Cisne Negro.

Momento a destacar.

Sin duda, hay dos.
1. La catarsis que culmina con la escena lésbica en su cuarto, por las múltiples lecturas que se le pueden dar. Incluso hay quien asegura, a partir de esta escena, que Nina era abusada sexualmente por su madre.
2. El final. Sin duda, al completarse la metamorfosis, al desprenderse de sí misma y envolverse en la visceralidad necesaria para poder cumplir a cabalidad con el doble papel encomendado, Nina termina por darse el mismo final que el de la Reina Cisne, pero, para su ya quebrada mente, el final no podía ser de otra manera.

sábado, 5 de febrero de 2011

El Turista

Hace unos días fui a ver El Turista, la segunda película en forma del año. La primera, Más Allá de la Vida, me pareció una lógica sequencia de redención que un viejo Eastwood presenta como antesala de su inminente destino... quizás se obsesione más con estos temas ahora que se percata que ha llegado al nuevo siglo convertido en una leyenda de Hollywood. Pero bueno, en un momento en que me he vuelto muy sensible ante ciertos temas manejados en la pantalla (la existencia de la vida más allá de la muerte es uno), llegué a sentarme para ver, no con muy buena disposición he de confesar, El Turista.
Con un poster genérico que intenta vender en primera instancia con los apellidos "Jolie" y "Depp", la cinta no me era muy antojable, sobretodo con un título que asemeja a un juego de mesa, escrito con la tipografía de "Inception" en un brillante rojo navideño.
Y sí, de la misma manera en la que entré también salí, indiferente, pero con mi humor un poco más elevado.

¿Y qué es El Turista?

Creo que un vil intento frustrado por llevar un nuevo Sr. y Sra. Smith con una combinación más rentable: qué mejor que Salt y Sparrow para que se enamoren y vivan peligros en hermosos escenarios ¿no? Pues creo que la actriz pensó algo similiar, ya que el sitio IMDb citó que su razón para actuar en la cinta era porque iba a ser "un rápido viaje por Venecia". Osea... la señora quería unas cuasivacaciones pagadas y eso es lo que tuvo. 
Lo anterior se ve plasmado en la película en todo momento. Jolie no deja de sobreactuar y lucir los despampanantes clichés que plagaron otros de los churros que la han catapultado a ser la heroína de acción de las masas que es ahora (Tomb Raider, 60 Segundos, Wanted), para que el papel luciera menos acartonado de lo que fue escrito.
Depp hace prácticamente lo mismo. Sostengo que con este cuate, al menos en las cintas comerciales, todos sus papeles han sido matizados con algo del famoso capitán caribeño, pero afortunadamente, en El Turista logra alejarse un poco del ya cliché medio borracho, y proviste a su personaje de un carisma que irradia de la torpeza, la nobleza y la ingenuidad. Johnny logra crear un prototipo con el que los hombres promedio pueden identificarse de inmediato.

¿Y la trama?

Muy simplona, demasiado diría yo. Es una mala revolcada del Sr. y Sra. Smith en un contexto europeo, pero lleno de clichés americanos. Y el final, para muchos resulta decepcionante. No por la mala calidad, sino porque las esperanzas del espectador se ven traicionadas y rotas en su cara.

La Musa al final

Un realce al final, en mi opinión, resulta ser la inclusion de la canción Starlight, de Muse en los créditos finales. Aunque no tiene nada que ver con el tono de la cinta, resulta agradable ver un final feliz acompañado de una letra tan melosa como la trama.

Guilty Pleasure
*Spoilers*

Con todo, me agradó la cinta en mi sentido más palomero. Tanto Depp como Jolie extienden los atributos histriónicos que más han logrado capturar la atención de las masas. La música amarra la atención del espectador y la nobleza en la historia resulta muy cautivadora.
La interpretación de Depp casi obliga a la audiencia a echarle porras para conquistar a la esquiva Elise, un personaje que jura que ama a otro, pero que no deja de sentirse atraída por el torpe pero sincero profesor de matemáticas. En la pantalla se ve un claro y tierno montaje de un protagonista "bueno" entrando a un mundo más viciado, enredándose con un complejo personaje que de igual manera está inmiscuido en temas turbios y, con todo en contra, se lanza estoico, provisto de su coraza de nobleza, en busca del amor. Y cuando finalmente parece que el "good guy" termina bien, la trama da un giro completo y resulta que él es el "otro" amor de Jolie.
Esto crea una decepción porque la personalidad tan carismática de Johnnie se desintegra en el aire, y aunque el simbolismo de "el amor es ciego" (y con esto se da a entender que el amor de Jolie por el ladrón es tan grande que lo hubiera encontrado de nuevo aunque fuese "otra persona"), el espectador no deja de fruncir el ceño al ver que "el profesor" no se queda con la chava, porque nunca existíó.