1. Sucede un crimen.
2. Llega la policía a investigar.
3. Interrogan a un testigo.
4. Detienen al primero que se les ponga enfrente.
5. Lo culpan de ese y otros delitos, pa' que no se vaya a salir rapidito del bote.
6. Se haga lo que se haga, el cabroncito se queda en la cárcel.
Y con procesos de ese calibre, uno no puede hacer menos que defenderse de la propia ley. Antonio Zúñiga vivió este conjunto de incoherencias en carne propia. Acusado de haber asesinado a una persona que no conoce, por un testigo que jamás había visto en su vida, fue encontrado culpable de la manera más arbitraria y arrogante posible. Una cinta que indigna y da pena ajena por el pésimo actuar de nuestras fuerzas de justicia. Desde un juez arrogante, hasta unos policías seguros de salirse con la suya, pedantes y cobardes, el caso - verídico de cabo a rabo - exhibe estereotipos mexicanos a más no poder. Y lo peor y más paetético del asunto, es que son estereotipos de carne y hueso, con nombre y apellido.
Presunto Culpable es una cinta que debe verse con estómago vacío, por eso de los corajes que uno hace. Pero al cien por ciento recomendable.
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