Tras haber abandonado la animación en 2D desde la mediocre "Vacas Vaqueras", Disney sufrió una reestructuración interna, proceso durante el cual literalmente les fue inyectada la creatividad de Pixar en la médula, pues John Lasseter, el mero mero de los estudios de animación, se convirtió en el mero mero de la compañía del ratón. Gracias a esto, y a que se dieron cuenta que los fracasos en taquilla de las últimas películas en 2D no se debieron al formato, sino a la mediocridad, Disney regresa a sus raíces con un radical twist moderno, que sin duda espera nivelar lo mejor de ayer y hoy.
De esta búsqueda nace La Princesa y el Sapo, que presenta a Tiana, la orgullosa primera princesa afroamericana de la compañía, que ya tenía a la primera princesa árabe (Jazmín), y a la primera princesa mitad humana-mitad bestia (Ariel), y lleva a la audiencia, una vez más, al tedioso (y por veces bochornoso) mundo donde todos se sacan una canción de la nada para exponer sus penas, alegrías y cuanto pensamiento se les cruce por la mente.
Personalmente, me pronuncio en contra de la mayoría de los musicales de Disney, y daba gracias al cielo porque en últimos filmes lo estaban matizando muy bien. Por ejemplo, en Tarzán no cantaban tal cual, sino que se veían montages con las rolas de Phil Collins, mientras que en Lilo & Stitch se hacía lo propio con las rolas de Elvis, y todo quedaba padre. Sin embargo, ahora se regresa a la era del estilo los Aristogatos, que realmente se quedaban trabados con las rolas sin pasar a más, tratando de ofrecer un deleite audiovisual durante tres o cuatro minutos, que a fin de cuentas termina por aburrir al espectador. Digo, esta padre la sincronización y la música y todo... ¿PERO ES QUE ACASO TODO LO DEBEN CANTAR? Por Dios, cantan por todo, hasta porque se mueren o porque no, es tedioso, cansado y aburrido.
Además, la historia está plagada de elementos raciales (primero por la época), que aún hoy, nos reflejan que los negros, sin ayuda de los blancos, no pasarían de ser sirvientas o lavaplatos, y que para que un negro pueda tener éxito, NECESITA a fuerzas, casarse con alguien influyente y adinerado. No voy a contar toda la trama, pero básicamente esa es la idea.
La historia narra las desventuras de Tiana, una joven afromericana cuyo sueño (y el de su padre) era abrir un elegante restaurante y de esta manera, salir de la miseria. El problema es que la chava está tan enfrascada en conseguir el dinero, que no se da tiempo para divertirse como una persona normal. Su amiga, la hija de uno de los aristócratas más poderosos de Nueva Orleans, consigue contratarla (para que no se vea como limosna) y así dotarla de la última parte para comprar el local. Sin embargo, los codiciosos dueños (blancos) le informan que hay otro postor que pagaría más dinero de contado, y no en plazos como Tiana por lo que tiene un día para entregarles todo el dinero.
Al mismo tiempo, la visita del príncipe Naveen sorprende a la ciudad, ya que se anuncia que anda en busca de una joven para casarse. Su secreto es que no tiene dinero, y necesita a fuerzas a una chava rica para no verse desheredado. El problema viene cuando el Dr. Facilier (en español El Hombre Sombra), intenta chantajear al príncipe, tendiéndole una trampa para que su asistente sea el que se quede con la fortuna de la chava, convirtiendo al príncipe en sapo para tenerlo bajo control. El príncipe, pensando en que la vida puede ser como un cuento de hadas, confunde a Tiana con una princesa y le pide que lo bese, prometiéndole el dinero para su restaurante. Pero, en lugar de convertirse en humano, Tiana termina como rana, por lo que ahora ambos deberán buscar la forma de regresar a su forma humana antes de que sus sueños les sean arrebatados.
++ Spoilers ++
Momentos racistas.
1. Tiana nació pobre. Ni todo su dinero ahorrado fue sufuciente para el pago del local.
2. Su amiga blanca y millonaria le dio la significativa cantidad para k terminara de completar el pago.
3. Aun eso no fue suficiente.
4. Tuvo que casarse con el príncipe para lograr ser alguien en la vida.
5. Y dicen que Disney no es racista.
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